Tragedia: Más de 20 muertos tras caída de bus a un abismo

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La madrugada del martes se convirtió en un infierno para decenas de familias cuando un bus interprovincial cayó a un abismo de más de 200 metros en la provincia de Sandía, región Puno, dejando un saldo estimado de más de 20 fallecidos y tan solo dos sobrevivientes rescatados con vida. La tragedia ocurrió en una zona remota del sector Sumaq Kinray, mientras el vehículo cubría la ruta entre Juliaca y Alto Inambari Massiapo.

Vecinos y familiares que se encontraban cerca del lugar fueron los primeros en advertir el siniestro. La escena era desoladora: un bus destrozado sumergido parcialmente en un río, cuerpos esparcidos en la ladera, y un silencio mortal interrumpido solo por los gritos de angustia y la llegada de los equipos de rescate.

La informalidad como protagonista silenciosa de la tragedia

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Una de las circunstancias más graves que rodean este lamentable suceso es la falta de un registro oficial de pasajeros. La empresa Valle Inambari, responsable del bus, entregó a las autoridades un manifiesto incompleto, sin nombres ni documentos de identidad, solo números que no permiten identificar a los ocupantes del vehículo.

Esta omisión ha sido catalogada como un acto de negligencia inaceptable. Como consecuencia, se ha abierto una investigación penal contra el gerente de la empresa por presunto ocultamiento de información, lo que no solo entorpece las labores de identificación de víctimas, sino que también prolonga el sufrimiento de los familiares, quienes aguardan, sin respuestas, noticias de sus seres queridos.

La informalidad y la falta de fiscalización vuelven a cobrar vidas, recordando que en el transporte interprovincial no solo se viaja con boletos en mano, sino con la esperanza de volver a casa. Esta vez, muchos no lo lograron.

Condiciones extremas complican el rescate

Las labores de búsqueda y rescate han sido arduas y dolorosas. Policías, bomberos y brigadas de emergencia lucharon durante el 20 de mayo contra un terreno agreste, con pendientes peligrosas y vegetación densa, que dificultaba el acceso a los restos del bus y a los cuerpos de las víctimas.

Al caer la noche, se suspendieron las operaciones por razones de seguridad, con la promesa de retomarlas al amanecer con mayor refuerzo. Hasta el momento, se ha confirmado la muerte de al menos dos mujeres aún no identificadas, y dos hombres fueron trasladados heridos al hospital de Sandía.

Indecopi activa protocolo de emergencia

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Frente a la magnitud de la tragedia, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) emitió un pronunciamiento lamentando el hecho y anunció la activación de un protocolo especial para supervisar el cumplimiento del SOAT (Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito).

La oficina regional de Indecopi en Puno está recopilando toda la información necesaria para verificar si la empresa cumplía con los requisitos mínimos de seguridad y protección al consumidor. Esta supervisión se realiza bajo el marco del Código de Protección y Defensa del Consumidor, y podría derivar en sanciones si se confirma que hubo infracciones o negligencias.

¿A quién llamar en caso de emergencia o accidente?

Este caso ha puesto en evidencia la importancia de conocer los canales de atención en situaciones de emergencia:

  • 110: Policía de Carreteras
  • 116: Bomberos
  • 106: SAMU (Sistema de Atención Médica de Urgencia)

Además, tras recibir atención médica, las víctimas o sus familiares deben presentar una denuncia formal en la comisaría o Fiscalía correspondiente. Este paso es crucial para iniciar procesos legales y asegurar que se respeten los derechos de los afectados.

La tragedia en Sandía no es solo el saldo fatal de un accidente; es la fotografía de un sistema de transporte vulnerable, informal y falto de controles efectivos. Son vidas que se pierden por omisiones que podrían evitarse con protocolos claros y voluntad política.

Hoy, el país llora por los que partieron en silencio por una carretera sin retorno. Pero también exige justicia, responsabilidad y, sobre todo, cambios que impidan que esta tragedia vuelva a repetirse.

(Con información de Infobae)