Familiares exigen al Estado peruano acelerar la repatriación de los restos de Cristhian Obando, de 28 años, fallecido en un siniestro que dejó más de 25 heridos en España
El sueño migrante truncado por una explosión
Cristhian Junior Obando Feria, un peruano de 28 años que había emigrado a España hace casi un año en busca de mejores oportunidades, perdió la vida en la explosión ocurrida el sábado 13 de septiembre en un edificio del barrio de Vallecas, en Madrid.
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La deflagración —atribuida en primeras versiones a una acumulación de gases— destruyó parte del inmueble de tres pisos y dejó más de 25 heridos, entre ellos su amigo Álex, que permanece en coma tras haber sido rescatado.
Obando, quien trabajaba como estibador en la capital española, quedó sepultado bajo los escombros y recién el lunes las autoridades confirmaron la recuperación de su cuerpo.
Según relató su tía a Latina Noticias, el joven había dejado Lima tras cerrar su taller mecánico por amenazas y hechos delictivos. Su meta era reunir dinero para reabrir un negocio en Perú y sostener a su hija pequeña, hoy en la orfandad.
Obstáculos burocráticos y reclamo de la familia
La familia de Cristhian en Lima enfrenta trabas en los trámites de repatriación. De acuerdo con sus parientes, se les solicitó presentar un certificado de pobreza que ya había vencido, lo que ha demorado el procedimiento en la Cancillería del Perú.
“Lo único que queremos es que mi sobrino Cristhian venga, lo traigan para poder darle sepultura”, declaró su tía a medios peruanos.
En Madrid, una prima asumió la representación de la familia, pero no ha recibido autorización para acceder a los restos ni intervenir en los procesos oficiales.
A la incertidumbre se suma la falta de claridad sobre si la empresa donde Obando laboraba otorgará indemnización o beneficios a sus deudos.
Migración forzada por la violencia en Perú
El caso de Obando refleja un drama mayor: la migración de miles de peruanos que abandonan el país a causa de la inseguridad.
El joven, según contó su madre, se vio obligado a cerrar su taller mecánico en Lima por robos y amenazas, y decidió probar suerte en España con la esperanza de un futuro más seguro.
Su trágico final en Madrid abre un debate urgente sobre las condiciones que llevan a tantos compatriotas a emigrar y la respuesta lenta del Estado frente a tragedias que involucran a peruanos en el extranjero.
Pedido urgente de intervención estatal
Hasta ahora, no existe una fecha confirmada para la repatriación de su cuerpo. Los familiares exigen a la Cancillería peruana y al Ministerio de Relaciones Exteriores una respuesta inmediata para trasladar los restos de Cristhian a Lima y darle sepultura junto a los suyos.
La situación también plantea la necesidad de que el Gobierno implemente protocolos más claros y ágiles para atender a familias de migrantes fallecidos en el extranjero, evitando que el dolor se agrave con la burocracia.

