¿Tragedia anunciada? El derrumbe en Real Plaza Trujillo expone un patrón alarmante en los centros comerciales del Perú

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El colapso del techo en el patio de comidas del Real Plaza Trujillo el pasado 21 de febrero dejó un saldo devastador: seis muertos, más de 80 heridos y un sinfín de preguntas sin respuesta.


La magnitud del desastre ha conmocionado a la ciudad, pero lo más alarmante es que este no es un caso aislado. Desde 2011, múltiples centros comerciales en el Perú han registrado incidentes graves relacionados con fallas estructurales, sin que se tomen medidas efectivas para prevenirlos.

¿Cuántas advertencias más se necesitan?

Los antecedentes son inquietantes:
🔹 Arequipa, 2011: Menos de seis meses después de su inauguración, Real Plaza Arequipa sufrió el desprendimiento de bloques de concreto en plena temporada de lluvias, poniendo en peligro a cientos de clientes.

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La ausencia de un plan de contingencia efectivo dejó a los clientes del Real Plaza Arequipa vulnerables en medio de la confusión. Composición: Infobae Perú


🔹 Juliaca, 2019: Una granizada provocó el colapso de una parte del techo en Real Plaza Juliaca, generando pánico y evacuaciones de emergencia.

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Crédito: Panamericana


🔹 Piura, 2017, 2021 y 2023: Open Plaza Piura ha enfrentado inundaciones y fallas en el sistema de drenaje en tres ocasiones, sin soluciones definitivas.

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El centro comercial aseguró que la filtración de agua no provenía de la red de desagüe. Composición: Infobae Perú

A pesar de estos incidentes, no se implementaron controles de seguridad contundentes ni revisiones estructurales a fondo. El derrumbe en Trujillo no fue un evento fortuito, sino la consecuencia de años de negligencia y advertencias ignoradas.

Centros comerciales: ¿espacios de esparcimiento o trampas mortales?

Lo ocurrido en Real Plaza Trujillo es un recordatorio brutal de que los centros comerciales en el Perú pueden ser una bomba de tiempo. La falta de fiscalización rigurosa, la construcción apresurada y la indiferencia de las autoridades han convertido estos espacios, diseñados para el entretenimiento y el consumo, en potenciales escenarios de tragedia.

La pregunta es inevitable: ¿se tomarán medidas reales esta vez o solo se esperará al próximo desastre?

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