Más de tres años después del inicio de la invasión rusa a gran escala en Ucrania, los relatos de ex prisioneros ucranianos revelan la brutalidad de la vida en colonias penales como la IK-10, ubicada en Mordovia, Rusia.
Un informe especial de la BBC, basado en testimonios de soldados y civiles liberados en intercambios, describe un patrón de torturas, privaciones y agresiones que confirma lo denunciado por Naciones Unidas y diversas organizaciones de derechos humanos.
Mira: Capturan a ‘Charapa’, adolescente de 17 años acusado de sicariato y extorsión en SJL
Torturas sistemáticas en IK-10
La colonia penal IK-10, considerada de “régimen especial”, aloja a condenados a cadena perpetua, pero desde 2023 recibió a cientos de prisioneros de guerra ucranianos y civiles capturados en zonas de conflicto.
Los sobrevivientes coinciden en describir el lugar como “un infierno” donde eran obligados a permanecer inmóviles hasta 16 horas al día, cantar himnos rusos y soportar golpizas por cualquier signo de resistencia. Se reportan torturas con pistolas eléctricas, descargas en genitales, ataques con perros entrenados y privaciones de comida.
“Lo peor fue Mordovia”, relató un exsoldado apodado “El Arquitecto”, quien estuvo casi un año en el penal. Según su testimonio, el dolor físico se combinaba con un deterioro psicológico que buscaba doblegar cualquier voluntad de resistencia.
Patrón de violencia
De acuerdo con la Misión de Observación de Derechos Humanos de la ONU, el 95 % de los soldados ucranianos capturados sufrió torturas bajo custodia rusa. La Fiscalía de Ucrania estima que al menos 206 prisioneros murieron en tres años, hasta mayo de 2025.
Un personaje recurrente en los testimonios es un supuesto médico apodado “El Doctor Malvado”, identificado por una investigación periodística como Illya Sorokin. Los liberados aseguran que en vez de brindar atención médica aplicaba castigos eléctricos como “tratamiento”.
Silencio oficial
Ni el Servicio Penitenciario Federal ruso ni las autoridades de Moscú han respondido a las denuncias. Sin embargo, las pruebas reunidas por exreclusos, médicos y activistas confirman que las condiciones en centros como IK-10 representan un trato inhumano y sistemático contra los detenidos.
La ONU y diversas ONG han exigido a Rusia respetar las convenciones internacionales sobre prisioneros de guerra, mientras Ucrania denuncia que miles de sus ciudadanos siguen cautivos en cárceles y territorios ocupados.
(Con información de Infobae)