Autoridades de salud advierten sobre la presencia de arsénico y pesticidas en el arroz blanco, y recomiendan medidas para reducir los riesgos.
El arroz blanco es un alimento infaltable en la mesa de los peruanos. Desde el arroz chaufa hasta el clásico arroz con pollo, este cereal protagoniza la mayoría de nuestras comidas diarias. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que este ingrediente básico podría contener residuos de arsénico inorgánico y pesticidas, razón por la cual el Ministerio de Salud (Minsa) y EsSalud han emitido una alerta preventiva con recomendaciones claras sobre su correcto lavado antes de cocinarlo.
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Si bien la práctica de enjuagar frutas y verduras es común, las autoridades insisten en extender esta precaución al arroz blanco, cuyas condiciones de cultivo lo hacen especialmente propenso a absorber metales pesados y productos químicos.
¿Cuántas veces se debe lavar el arroz?
Según especialistas del Minsa, el arroz debe lavarse entre 4 y 6 veces, o hasta que el agua salga casi transparente. Este proceso elimina no solo el exceso de almidón, que lo vuelve pegajoso, sino también impurezas, polvo y residuos tóxicos como pesticidas y arsénico inorgánico.
Una técnica aún más eficaz consiste en remojar el arroz por 30 minutos y desechar el agua, lo cual mejora la textura del grano y reduce las sustancias nocivas. También es recomendable aplicar el método de cocción con exceso de agua: usar una proporción de 6 partes de agua por 1 de arroz y escurrir al final, como si se tratara de pasta. Este proceso puede reducir el contenido de arsénico hasta en un 60%.
¿Por qué el arroz contiene arsénico?
El arsénico inorgánico es un metal pesado que puede encontrarse en el suelo y el agua de forma natural, pero también se acumula por contaminación agrícola. El arroz es especialmente vulnerable porque se cultiva en campos inundados, condiciones que facilitan la absorción del arsénico desde el ambiente hacia la planta.
Incluso el arroz blanco, que ha sido pulido para retirar la cáscara, puede contener este elemento en el grano. Por eso, tanto el arroz integral como el blanco deben ser lavados adecuadamente antes de su consumo.
Pesticidas presentes en el arroz blanco
Entre los pesticidas comunes que pueden encontrarse en el arroz, se identifican:
- Clorpirifós: neurotóxico, especialmente perjudicial para niños.
- Triciclazol: fungicida contra el tizón del arroz.
- Propiconazol: puede afectar el sistema endocrino.
- Buprofezina: sospechoso de alterar funciones hormonales.
- Glifosato: clasificado por la OMS como “probablemente cancerígeno”.
- Carbendazim: con posibles efectos en la fertilidad y el desarrollo fetal.
Aunque las concentraciones son generalmente bajas y reguladas, su consumo repetido puede generar un riesgo acumulativo a largo plazo, especialmente en mujeres gestantes, niños y personas con enfermedades crónicas.
Impacto en la salud
La exposición continua al arsénico inorgánico está relacionada con efectos graves como:
- Cáncer (piel, pulmón, vejiga)
- Enfermedades cardiovasculares
- Daño renal y hepático
- Diabetes tipo 2
- Afectación del desarrollo cerebral en niños
- Trastornos neurológicos
Los pesticidas también pueden provocar efectos neurotóxicos, hormonales y reproductivos, incluso en dosis mínimas, cuando se ingieren con frecuencia.
¿Qué otros cereales contienen arsénico?
Además del arroz, otros cereales como el trigo, avena, cebada, maíz y centeno pueden contener trazas de arsénico, aunque en proporciones considerablemente menores. El arroz integral, por conservar su capa externa, suele presentar niveles más altos.
Ante esta realidad, las autoridades sanitarias recomiendan diversificar el consumo de granos para reducir la exposición total al arsénico en la dieta.
Recomendaciones de Minsa y EsSalud:
- Lavar el arroz entre 4 y 6 veces o hasta que el agua esté clara.
- Remojar por 30 minutos antes de la cocción y desechar el agua.
- Cocinar con abundante agua y escurrir el exceso.
- Evitar el uso de arroz en exceso en la dieta diaria.
- Diversificar los cereales consumidos.
- En caso de síntomas digestivos persistentes o alteraciones bucales tras el consumo, acudir al médico.
(Con información de Infobae)