Piloto de la FAP hallada con vida tras cuatro días desaparecida en altamar

Ashley Stacy Vargas Mendoza, alférez de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), fue hallada con vida cuatro días después de que se perdiera la comunicación con su aeronave durante una misión de instrucción en Pisco, región Ica. La noticia trajo alivio a su familia, amigos, y a todo un país que seguía con atención el desarrollo de las operaciones de rescate.

La joven piloto, reconocida por su excelencia académica y su temple militar, fue localizada a bordo de una lancha tiburonera llamada “Señor de la Misericordia”, a 180 millas náuticas de la costa, según informó su padre, quien expresó su profunda gratitud por el hallazgo.

Una búsqueda incesante tras la desaparición de su aeronave

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El accidente ocurrió el pasado 20 de mayo a las 16:08 horas, cuando la aeronave KT-1P, perteneciente al Grupo Aéreo N.º 51, perdió contacto en pleno vuelo táctico de instrucción. La joven oficial estaba en su última fase de entrenamiento para graduarse como piloto de combate.

A las pocas horas, la FAP activó un amplio operativo de búsqueda, en el que participaron helicópteros Mi-17 y F280-FX con visión nocturna, aeronaves remotamente pilotadas, drones, y una patrullera de la Marina de Guerra. También se sumaron brigadas terrestres impulsadas por voluntarios, encabezados por el padre de Ashley, con vehículos 4×4 y cuatrimotos.

Restos de la aeronave en Paracas: una señal clave

El 21 de mayo, la FAP informó que se hallaron restos de la aeronave en una playa de un islote al sur de la península de Paracas, entre las islas Zárate y Zaratillo. Este hallazgo permitió redoblar los esfuerzos de búsqueda, incluyendo la participación del BAP Zimic, embarcación con tecnología subacuática avanzada para rastrear posibles partes sumergidas del avión.

El caso pasó a ser supervisado directamente por el comandante general de la FAP, Carlos Chávez Cateriano, quien se trasladó a Pisco para coordinar la respuesta y fortalecer las labores de rescate.

La llamada que cambió todo: hallada en alta mar

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La esperanza se transformó en realidad cuando la familia recibió una llamada del dueño de la lancha tiburonera. Fue él quien notificó que Ashley había sido encontrada con vida, con su paracaídas y su celular, a bordo de la embarcación “Señor de la Misericordia”.

El contacto fue posible gracias a que la cuñada de Ashley compartió su número en redes sociales, estrategia desesperada que resultó clave para localizar a la piloto. Desde ese momento, la familia se movilizó para coordinar el rescate aéreo lo antes posible.

“Mi hija es una guerrera. Agradezco a Dios, a la población amazonense y a todos por sus oraciones”, declaró emocionado su padre desde la base aérea de Pisco.

Pedido urgente de rescate aéreo: cada hora cuenta

Pese al hallazgo positivo, las condiciones climáticas y logísticas representaban un nuevo reto. La embarcación donde se encontraba Ashley requería hasta 30 horas para llegar a la costa, lo que llevó a sus familiares a solicitar el envío inmediato de helicópteros.

“Entiendo que hay un helicóptero en camino, pero pedimos que quizá sean dos o tres para que el radio de acción sea más amplio”, dijo su tío Anthony, mientras se dirigía con su esposa a Pisco.

La familia exigió que no se perdiera tiempo, considerando el estado físico y emocional de la piloto tras cuatro días expuesta a condiciones extremas.

El hallazgo con vida de Ashley Vargas es más que un milagro; es una lección de fortaleza, fe y compromiso institucional. Su historia conmueve no solo por lo ocurrido, sino por lo que representa: el sacrificio silencioso de quienes forman parte de las fuerzas armadas del Perú, enfrentando riesgos para servir a su nación.

Aún se espera el rescate final y su posterior evaluación médica, pero el país ya respira con alivio. Ashley volvió. Y con ella, volvió también la esperanza de una nación que cree en sus héroes.

(Con información de Infobae)