Un informe reciente de MapBiomas Perú revela un panorama alarmante sobre el cambio de uso del suelo en el país. En las últimas cuatro décadas, Perú ha perdido 4,1 millones de hectáreas de vegetación natural, mientras que el uso antrópico —como la agricultura, la minería y el desarrollo urbano— ha crecido en 4,6 millones de hectáreas. Esta transformación profunda y sostenida afecta la Amazonía, los bosques secos, y hasta las lomas costeras, evidenciando una creciente presión sobre los ecosistemas nacionales.
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Transformación del territorio: más agricultura, menos naturaleza
La cobertura vegetal natural ha disminuido un 4% desde 1985, mientras que el uso humano del suelo aumentó en un 44%, según la Colección 3 de mapas de MapBiomas, que abarca de 1985 a 2024. Actualmente, el 79,1% del territorio nacional aún conserva vegetación natural, pero el 32,5% está destinado a usos productivos o urbanos.
Uno de los datos más reveladores es que, en 1985, solo el 43% de los distritos del Perú tenían predominancia agropecuaria. Hoy esa cifra alcanza el 63%, es decir, 479 distritos han dejado de priorizar la vegetación natural. La coordinadora científica de MapBiomas Network, Julia Shimbo, advierte que este cambio representa una transformación estructural del país.
La Amazonía, el epicentro de la pérdida
La región más afectada ha sido la Amazonía peruana, que representa el 61% del territorio nacional. Solo en esta zona se ha perdido 3 millones de hectáreas de vegetación natural, especialmente por expansión agrícola, minería y tala ilegal. Aunque el Bosque Seco Ecuatorial es el bioma más pequeño, ha sufrido la mayor pérdida proporcional (9%) de su superficie original.
El avance de la minería y la agricultura intensiva
Uno de los datos más inquietantes del informe es el incremento del 2.325% de la superficie destinada a minería en todo el país desde 1985. Esta actividad se ha concentrado en la Amazonía, sobre todo en Madre de Dios, que alberga más del 50% del área minera nacional. El director ejecutivo del Instituto del Bien Común, Renzo Piana, advirtió sobre la magnitud del daño ambiental y la necesidad de regular con firmeza estas actividades extractivas.
En paralelo, la agricultura también ha crecido, con 14,2 millones de hectáreas dedicadas al rubro. La palma aceitera aumentó en un 1.062% y el arroz en un 193%. Especialmente preocupante es el caso del arroz: en 1985, el 54% de su producción se concentraba en el Desierto Costero, pero en 2024, el 35% ya se cultiva en la Amazonía, reemplazando áreas que antes eran vegetación natural.
Expansión urbana e impacto costero
El crecimiento urbano también ha dejado huella. Entre 1985 y 2024, las áreas urbanas aumentaron en 236.353 hectáreas, siendo el Desierto Costero el más afectado. En esta zona, las lomas costeras han perdido más de 23.000 hectáreas por presión inmobiliaria y falta de planificación territorial.
Los departamentos de Loreto, Ucayali, San Martín, Huánuco y Madre de Dios lideran la pérdida de vegetación en términos absolutos. En proporción a su tamaño, los más golpeados son Huánuco, San Martín, Cajamarca, Lambayeque y Pasco. A nivel nacional, el bosque ha sido la vegetación más perjudicada, con una pérdida de 2,5 millones de hectáreas.
MapBiomas Perú: una herramienta al servicio del país
La plataforma MapBiomas Perú recopila y analiza datos satelitales desde 1985 y permite el acceso público y gratuito a mapas detallados de cobertura y uso del suelo. Utiliza tecnología de inteligencia artificial en la nube para procesar imágenes de Landsat y proveer estadísticas clave para políticas públicas, investigación ambiental y desarrollo sostenible.
Sandra Ríos, coordinadora nacional de MapBiomas Perú, enfatizó que la plataforma busca informar la toma de decisiones responsables sobre el territorio y proteger los recursos naturales frente al avance desordenado de actividades humanas.
(Con información de Infobae)