El costo de la electricidad en Perú podría multiplicarse hasta cinco veces en los próximos años debido al agotamiento de las reservas de gas natural de Camisea y la falta de exploración de nuevos yacimientos. Así lo advirtieron especialistas en el evento “La urgencia de explorar hidrocarburos: el futuro energético del Perú en riesgo”, organizado por Gas Energy Latin America (GELA) y Perupetro.
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Impacto en tarifas eléctricas y economía
Según GELA, el precio de generación eléctrica en centrales de ciclo combinado podría pasar de los actuales 20 dólares por MWh, con gas nacional, a más de 100 dólares por MWh con gas importado, e incluso superar los 150 dólares en escenarios críticos. Esto se traduciría en un fuerte incremento de las tarifas de luz para hogares e industrias, erosionando la competitividad del país.
Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos de Bolivia, advirtió que con gas importado “el costo de generación puede llegar a quintuplicarse”.
Golpe a regiones y canon de hidrocarburos
Las proyecciones señalan que entre 2025 y 2046 las regalías del gas natural caerían 55% y las del petróleo un 54%. El canon y el Fondo de Camisea, claves para financiar infraestructura y servicios básicos en regiones, podrían reducirse hasta en 67%, comprometiendo presupuestos de salud, educación y programas sociales.
Alza en tarifas de gas y transporte
El impacto no solo se verá en la electricidad. Para los hogares y empresas, las tarifas de gas natural podrían subir entre 60% y 120%, mientras que el precio del GNV —segundo combustible más usado después del diésel— podría duplicarse o triplicarse, encareciendo los costos de transporte y afectando la cadena de precios de bienes y servicios.
Perú podría importar energía por más de USD 5.000 millones
Si no se reactiva la exploración, Perú pasaría a depender de importaciones crecientes de gas y petróleo, con un déficit energético superior a los 5.000 millones de dólares para 2046. El potencial de campos como Camisea profundo, Candamo en Madre de Dios y la cuenca Marañón aún podría revertir este escenario, pero requiere inversiones superiores a 7.000 millones de dólares en exploración y desarrollo.
Obstáculos para la inversión
El principal desafío es social y político: protestas, burocracia y falta de seguridad jurídica han frenado proyectos de gran escala en la Amazonía y la costa norte. Según GELA, el marco regulatorio y ambiental actual desincentiva la llegada de capitales, pese al atractivo de Perú como país con grado de inversión.
Lecciones de la región
La experiencia de Bolivia, Argentina y Colombia evidencia que la falta de exploración y políticas inestables deriva en dependencia energética y crisis económicas. En contraste, casos como Vaca Muerta en Argentina muestran que con incentivos adecuados se pueden revertir déficits y reactivar exportaciones.
Para Perú, el reto es claro: atraer nuevas inversiones en hidrocarburos y energías complementarias antes de que el incremento de precios impacte de forma irreversible en los hogares, las empresas y la estabilidad macroeconómica.
(Con información de Infobae)