Penetrador masivo: la poderosa arma de EE.UU. para neutralizar instalaciones nucleares subterráneas en Irán

penetrador masivo

En medio de las crecientes tensiones entre Irán e Israel, el mundo observa con atención la posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos. Si ese escenario se concreta, uno de los principales objetivos sería neutralizar las instalaciones subterráneas iraníes donde se enriquece uranio a niveles peligrosamente cercanos al grado militar. Para esta misión crítica, el Pentágono dispone de una herramienta sin igual: el penetrador masivo o Massive Ordnance Penetrator (MOP).

Se trata de la GBU-57, una bomba de 30.000 libras (más de 13 toneladas), diseñada para destruir búnkeres reforzados y estructuras subterráneas a gran profundidad. Capaz de atravesar hasta 60 metros de concreto o roca antes de detonar, esta arma es el resultado de más de dos décadas de desarrollo tecnológico, enfocado en amenazas nucleares ocultas bajo tierra.

¿Por qué el penetrador masivo es único?

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A diferencia de bombas convencionales, el MOP no busca daños extensivos en superficie. Su función es penetrar fortificaciones subterráneas y detonar en el corazón de las mismas, guiado por GPS y sensores de vacío que detectan cámaras, pisos y vacíos en la estructura. Esta “inteligencia explosiva” le permite impactar en el punto más vulnerable del objetivo.

Solo los bombarderos furtivos B-2 Spirit —de los cuales Estados Unidos cuenta con 19 operativos— tienen la capacidad de lanzar esta bomba. La flota, estacionada en la base de Whiteman, Missouri, es capaz de cruzar continentes con repostaje aéreo, como lo ha demostrado en operaciones anteriores desde Kosovo hasta Libia.

Instalaciones subterráneas en la mira

Entre los blancos potenciales destaca Fordow, un sitio de enriquecimiento de uranio excavado en una montaña al suroeste de Teherán. De acuerdo con el OIEA, la planta cuenta con túneles fortificados y puertas a prueba de explosiones, rodeadas por cientos de metros de roca. El sitio ya ha incrementado su producción de uranio al 60%, acercándose al umbral del 90% necesario para construir armas nucleares.

Otros sitios como Natanz, Isfahán, Parchin y Arak también han sido golpeados por ataques israelíes, pero hasta ahora sin dañar las capacidades más críticas enterradas bajo tierra. Es aquí donde la intervención de EE.UU. con el penetrador masivo podría marcar una diferencia decisiva.

¿Es suficiente el MOP?

Expertos como Richard Nephew, exnegociador del acuerdo nuclear con Irán, advierten que incluso si Fordow fuera destruido, el programa nuclear iraní podría continuar en otras instalaciones no declaradas. Por ello, el MOP es solo una parte de una estrategia más amplia que requiere inteligencia precisa, operaciones coordinadas y diplomacia coercitiva.

Un arma para decisiones difíciles

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El uso del penetrador masivo no está exento de riesgos. Aunque nunca ha sido utilizado en combate, su sola existencia funciona como elemento disuasivo. Según la Fuerza Aérea de EE.UU., las pruebas más recientes han mejorado su integración con los sistemas del B-2 y su eficacia en condiciones de información limitada.

En un escenario de conflicto ampliado, la decisión de usar esta arma marcaría un punto de no retorno. Por eso, más allá de su poder destructivo, el penetrador masivo representa una herramienta estratégica de alto valor en la compleja ecuación nuclear de Medio Oriente.

(Con información de Infobae)