Palmor bajo fuego: la guerra oculta en la Sierra Nevada de Santa Marta

Palmor bajo fuego: la guerra oculta en la Sierra Nevada de Santa Marta

Sierra Nevada en Llamas: Territorio en disputa y comunidades en riesgo

En el corregimiento de Palmor, ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta (departamento del Magdalena), se registraron intensos enfrentamientos entre las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra (ACSN), el Clan del Golfo, y el Ejército Nacional de Colombia.

Esta escalada de violencia refleja la feroz pugna por el control de territorios estratégicos, mientras las autoridades repiten promesas sin resultados contundentes.


Viejos enemigos, nuevos muertos

Según fuentes confiables, en la vereda Bodega de Betel —zona rural de Palmor—, los combates entre las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra y el Clan del Golfo dejaron al menos dos presuntos miembros del primer grupo muertos, y un soldado herido, evacuado a Santa Marta. La población enfrenta un clima de terror, acumulando desplazamientos y confinamientos forzados.

Hace casi un año, en agosto de 2024, otro enfrentamiento entre la misma dupla criminal generó alarma entre los campesinos: ráfagas de fusil, intentos de control territorial y convocatorias desesperadas para que el Estado interviniera.


Ejército al ataque… ¿o complicidad?

Las fuerzas militares han intentado intervenir con desplegamientos del Batallón de Alta Montaña, con resultados mixtos: un soldado herido, posibles capturas y alguna reducción temporal de la violencia. No obstante, la repetición de combates indica que estos operativos no han logrado interrumpir la disputa criminal. Además, las Autodefensas, acusando al Ejército de sabotear la paz, suspendieron los diálogos con el gobierno en abril de 2025.


Comunidades atrapadas en la guerra

Las personas que habitan estas zonas rurales enfrentan el impacto más grave: desplazamientos, falta de servicios médicos o de asistencia humanitaria, y el constante miedo a quedar en medio de los tiros. Informes alertan sobre un clima de confinamiento y acorralamiento, que podría convertirse en catástrofe humanitaria si no hay intervención estatal efectiva.


¿Y ahora qué?

  1. Protección urgente para las comunidades: Es imprescindible desplegar presencia del Estado (policía, Defensoría, asistencia humanitaria) con protocolos de seguridad claros.
  2. Reactivar los diálogos de paz: La suspensión de conversaciones con las ACSN eleva el riesgo de más violencia. Para avanzar, debe haber acuerdos de no intervención y límites claros entre la fuerza pública y los grupos armados.
  3. Investigar posibles vínculos abusivos: Que un grupo armado acuse al Ejército de sabotaje y viceversa demanda transparencia. ¿Hay complicidad, falla institucional o puros rumores en un escenario de guerra?
  4. Compromiso institucional real: Necesitamos no solo declaraciones, sino un plan sostenido de garantías y responsabilidad para quienes viven en la Sierra Nevada, y rendición de cuentas efectiva de los organismos estatales.

Palmor ya no es un punto olvidado: es un polvorín donde convergen el Estado, el crimen organizado y víctimas civiles que claman ayuda. Es momento de actuar con decisión hoy, antes de que la Sierra Nevada quede en ruinas y los opresores impongan su ley sin freno.