Una camioneta Jeep blindada con calibre .50 fue destruida en un nuevo enfrentamiento; tres muertos y una ciudad en vilo.
Violencia sin tregua en Culiacán
Ni las alianzas más temidas del narcotráfico parecen salvar a Los Chapitos.
En un nuevo y violento enfrentamiento que estremeció la madrugada de Culiacán, una camioneta Jeep blindada, artillada con un arma calibre .50, terminó destruida por el grupo rival conocido como Los Mayitos, ligado al ala histórica de los hijos de Ismael “El Mayo” Zambada.
El tiroteo ocurrió en la colonia Tierra Blanca, una zona ya marcada por la presencia del crimen organizado. Según reportes oficiales y testimonios, cerca de las 4:00 a.m. del domingo 15 de junio, múltiples llamadas al servicio de emergencias 911 alertaron sobre detonaciones intensas en la zona.
El sonido de ráfagas de alto calibre despertó a decenas de vecinos.
Camioneta artillada: símbolo de poder que terminó abandonado
La escena encontrada por las fuerzas de seguridad fue escalofriante: una camioneta Jeep blindada, con claras señales de impactos de bala, y un arma calibre .50 empotrada sobre el cofre. Un civil fue hallado muerto en el interior de la unidad.
Otro cuerpo quedó a media cuadra del vehículo, mientras que un tercero falleció más tarde en un hospital debido a las heridas recibidas.
Los peritos de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa se encargaron del levantamiento de indicios. Más de 70 casquillos percutidos fueron recolectados, varios correspondientes al temido calibre .50, un armamento prohibido para uso civil por su capacidad de perforar blindaje militar.
La supuesta alianza con el CJNG no fue suficiente
Se especula que los hombres abatidos formaban parte de un convoy al servicio de Los Chapitos, la facción del Cártel de Sinaloa encabezada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Se rumora también que estos operativos contaban con el apoyo de elementos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en una alianza reciente que busca recuperar control territorial en el norte del país.
Sin embargo, la brutal emboscada parece indicar que Los Mayitos mantienen una superioridad táctica en esta región clave. A pesar del poder de fuego, la respuesta fue contundente y letal.
Zona acordonada y silencio institucional
La avenida Álvaro Obregón, una de las más transitadas del sector, fue cerrada en al menos tres cuadras desde la intersección con Universitarios.
La escena fue resguardada por elementos de la Guardia Nacional y del Ejército, mientras los peritos trabajaban durante horas.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha confirmado la identidad de los fallecidos, quienes permanecen en el Servicio Médico Forense a la espera de ser reconocidos por familiares.
La Fiscalía del Estado de Sinaloa ha iniciado una carpeta de investigación por homicidio calificado y portación de armas de uso exclusivo del Ejército.
Violencia que no cesa y silencio oficial
Este nuevo episodio se suma a una escalada de violencia en el estado de Sinaloa, donde los enfrentamientos armados se han vuelto rutina. Organizaciones como el Observatorio Nacional Ciudadano han advertido sobre el aumento de choques entre grupos criminales, incluso en zonas urbanas, poniendo en riesgo a la población civil.
Ni los vehículos blindados, ni las armas de guerra, ni las alianzas entre cárteles parecen frenar la violencia que azota a Sinaloa.
Lo que ocurrió en Tierra Blanca no es una excepción: es un recordatorio de que el crimen organizado opera con poder militar y que, en medio del fuego cruzado, las víctimas son cada vez más frecuentes, y la impunidad, permanente.
