Los Ninis: del terror en Culiacán al banquillo en Estados Unidos

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De los corridos a la realidad violenta

La narcocultura mexicana ha inmortalizado a sicarios y capos a través de corridos que se escuchan en fiestas, plataformas digitales y redes sociales.

Uno de ellos, interpretado por Alta Consigna, retrata a Los Ninis, un grupo armado que en menos de una década pasó de ser el anillo de seguridad de Los Chapitos a enfrentar procesos judiciales en cortes estadounidenses. La letra lo resume con crudeza: “son puros plebes de veinte que se matan por Iván”.

El brazo armado encabezado por Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, se convirtió en símbolo de la brutalidad con la que operan las facciones del Cártel de Sinaloa.

Su estructura, compuesta por jóvenes fuertemente armados, marcó a Culiacán como un territorio donde las armas largas eran más visibles que la propia autoridad.

El Culiacanazo: la demostración de poder

El 17 de octubre de 2019, conocido como el Culiacanazo, marcó un antes y un después en la relación del Estado mexicano con el crimen organizado.

La fallida detención de Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, exhibió la capacidad de fuego de Los Ninis y el resto del aparato de seguridad de Los Chapitos: bloqueos, incendios de vehículos, secuestros y ráfagas de armas alemanas y estadounidenses en plena ciudad.

La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de liberar a Ovidio para “proteger vidas” fue duramente criticada y sigue siendo un punto de debate sobre la estrategia de seguridad nacional.

De la impunidad a las extradiciones

El repliegue del Estado no significó el fin del grupo. Tres años después, el 5 de enero de 2023, el Ejército mexicano volvió a desplegarse en Culiacán y esta vez concretó la captura de El Ratón.

El operativo mostró que, aunque Los Ninis mantenían su estructura, el margen de maniobra comenzaba a cerrarse.

En noviembre de 2023, cayó también El Nini, detenido en un operativo sin mayores disturbios. Fue extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta acusaciones por narcotráfico, secuestro y uso de armamento militar.

El relevo criminal: El Piyi y El 200

Tras su captura, otros nombres emergieron: Martín Zazueta Zazueta, alias El Piyi, y Kevin Alonso Gil, alias El 200. Ambos intentaron llenar el vacío de liderazgo, pero su ascenso fue breve.

En 2024 y 2025 fueron arrestados y, al igual que su antecesor, enviados al Penal del Altiplano y después extraditados a Estados Unidos dentro de acuerdos bilaterales de seguridad.

Según documentos judiciales, los nuevos lugartenientes protegían laboratorios de fentanilo y coordinaban ataques con fusiles AK-47, AR-15 y lanzagranadas, evidenciando la militarización de la violencia criminal.

Narcocorridos: propaganda y legitimación

El poder de Los Ninis no solo se midió en armamento. También se proyectó en la música.

Grupos como Peso Pluma los mencionaron en corridos que llegaron a millones de reproducciones en Spotify y YouTube. La normalización de estos mensajes plantea un dilema cultural: ¿se trata de arte popular o de propaganda criminal?

La Secretaría de Gobernación ha advertido sobre los riesgos de la apología del delito en medios culturales, pero la línea sigue difusa en un país donde los narco-corridos son parte de la banda sonora cotidiana.

El fin de la impunidad… ¿o el inicio de una nueva etapa?

El desmantelamiento de Los Ninis es presentado como un logro de cooperación México–Estados Unidos en materia de seguridad.

Sin embargo, el vacío de poder que dejan en Sinaloa ya comienza a ser disputado por otros grupos internos y rivales históricos como la facción de Ismael “El Mayo” Zambada.

La violencia en Culiacán no ha desaparecido, solo cambió de protagonistas. El reto para el Estado mexicano es demostrar que las detenciones de alto perfil no son solo golpes mediáticos, sino pasos reales hacia la pacificación de una región donde la población civil ha pagado el precio más alto.