Con nexos familiares, control territorial y alianzas estratégicas, la Nueva Familia Michoacana opera como una organización de poder creciente en México y Estados Unidos. ¿Cómo lograron expandirse y mantenerse?
Una mafia con rostro familiar: El resurgir de la violencia en el sur mexicano
En las agrestes regiones montañosas de Guerrero y el Estado de México, una de las organizaciones criminales más violentas del país se fortalece día con día: la Nueva Familia Michoacana (NFM).
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A diferencia de otras estructuras mafiosas, esta organización ha echado raíces en los lazos sanguíneos de la familia Hurtado Olascoaga, convirtiendo a sus integrantes en un verdadero cártel de sangre.
La reciente detención de Janet “N”, supuesta pareja sentimental de José Alfredo “El Fresa” Hurtado, en Valle de Bravo, por parte de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) encendió las alertas nuevamente sobre la capacidad operativa y expansión de esta organización.
Los líderes: “El Pez” y “El Fresa”, una hermandad letal
De acuerdo con informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y del Departamento de Justicia de Estados Unidos, los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga son los cerebros detrás de la operación de la NFM.
- Johnny “El Pez” o “El Mojarro” (nacido el 1 de marzo de 1973) es considerado el líder supremo. La DEA lo identifica como responsable del tráfico de drogas hacia EE.UU.
- José Alfredo “El Fresa” (2 de septiembre de 1984), segundo al mando, se encarga del control operativo en el Estado de México y Guerrero, y ha servido como enlace con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
💵 Recompensa: $3 millones por su captura.
Una familia de poder: Ubaldo y Adita también en la mira
No son los únicos miembros de esta familia que figuran en la estructura criminal.
- Ubaldo “El Flaco” Hurtado Olascoaga (9 de mayo de 1979): supervisa a sicarios, controla la extorsión y la minería ilegal, incluyendo mercurio y uranio.
- Adita “La Venadita” Hurtado Olascoaga (6 de septiembre de 1975): encargada del lavado de dinero, utiliza redes de comercio de ropa usada para blanquear capitales ilícitos.
Expansión binacional: Los Tábarez Martínez y el negocio transfronterizo
La red se extiende más allá del apellido Hurtado. Los hermanos Franco y Uriel Tábarez Martínez también son operadores clave.
- Franco Tábarez, nacido en Guerrero, ha sido acusado en Atlanta por distribución de metanfetamina, fentanilo y cocaína. Según la OFAC, controla dos laboratorios en México y recibe fentanilo desde China.
Territorio en expansión: Del sur de México al corazón de Estados Unidos
Según la Evaluación Nacional de Amenazas por Drogas 2025 de la DEA, la Nueva Familia Michoacana tiene control territorial en:
- México: Guerrero, Michoacán, Morelos, Estado de México y presencia moderada en la Ciudad de México.
- EE.UU.: Texas, Georgia, Nueva York, Florida, California, Oregón y estados del Medio Oeste.
Su estructura comunitaria y su política de terror les ha permitido sostener su poder, operando como un narcoestado paralelo que impone su ley donde las instituciones no alcanzan.
La familia que convirtió el crimen en empresa
La Nueva Familia Michoacana ya no es solo un remanente del antiguo cártel. Es una maquinaria moderna, despiadada y organizada bajo la lógica del parentesco, capaz de extorsionar, minar, lavar dinero y traficar toneladas de droga.
La respuesta institucional ha sido reactiva y fragmentada, mientras la organización fortalece su influencia. La pregunta ahora es: ¿hasta cuándo México y Estados Unidos permitirán que una familia construya su imperio criminal sin consecuencias reales?