Tecnología bélica en manos criminales: Grupos del crimen organizado implementan tácticas militares con drones en zonas rurales, imitando estrategias de guerra como las vistas en Ucrania.
Ataques aéreos del narco: un nuevo nivel de violencia en México
En un preocupante giro en la evolución del crimen organizado en México, diversos grupos del narcotráfico han comenzado a utilizar drones modificados como armas para atacar a bandas rivales y a fuerzas de seguridad.
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Estas acciones se asemejan a las estrategias bélicas observadas en conflictos internacionales como el de Rusia y Ucrania, lo que marca una peligrosa escalada en la violencia interna del país.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), al menos 260 ataques con drones explosivos han sido documentados entre 2020 y 2024, principalmente en los estados de Michoacán, Jalisco, Guerrero y Chiapas.
Los grupos más señalados por este tipo de agresiones son el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y algunas células del Cártel de Sinaloa.
Zonas rurales: el nuevo frente de batalla
Los ataques se concentran en áreas rurales y montañosas, donde los cárteles buscan controlar los cultivos de amapola y marihuana, así como las rutas estratégicas para el trasiego de drogas.
En municipios como Tepalcatepec, Aguililla y Coalcomán, en Michoacán, los habitantes viven en constante temor ante los bombardeos aéreos improvisados realizados con drones de uso comercial adaptados con explosivos caseros.
Testimonios de pobladores recogidos por medios como El Universal y Animal Político relatan cómo los drones vuelan sobre sus casas dejando caer artefactos que explotan en patios, techos y caminos. La Guardia Nacional y el Ejército Mexicano han decomisado equipos con GPS, cámaras térmicas y cargas explosivas tipo C-4 o granadas de fabricación casera.
Una amenaza que supera la capacidad de respuesta
Expertos en seguridad nacional han advertido que la incorporación de drones a las operaciones criminales representa un desafío para las fuerzas armadas y la seguridad pública.
Las autoridades mexicanas no cuentan aún con protocolos estandarizados para detectar, interceptar y neutralizar estos aparatos en zonas de difícil acceso.
El titular de la SEDENA, Luis Cresencio Sandoval, ha reconocido que la amenaza ha obligado al Ejército a adquirir sistemas antidrones y a entrenar unidades especializadas, aunque estos esfuerzos aún son insuficientes frente a la capacidad de innovación de los cárteles.
Respuesta desde el nuevo gobierno
Claudia Sheinbaum, actual presidenta de México desde octubre de 2024, ha heredado este desafío como una de las prioridades en materia de seguridad nacional.
Aunque su enfoque ha estado centrado en reforzar las capacidades civiles y de inteligencia, sectores de la oposición y analistas exigen una estrategia de defensa más agresiva y especializada ante el uso criminal de tecnología militar.
En recientes declaraciones, Sheinbaum afirmó que se trabaja en un plan de seguridad tecnológica en coordinación con la SEDENA y la Guardia Nacional, y reiteró que la prioridad será siempre proteger a la población civil, especialmente en comunidades afectadas por el conflicto entre cárteles.
¿Y ahora qué? El futuro de la seguridad en México
El uso de tecnología militar por parte de organizaciones criminales marca un antes y un después en la guerra del narco.
Lo que antes se resolvía con armas largas y vehículos blindados, ahora se traslada al cielo, donde el enemigo no se ve, pero sí se siente.
La gran pregunta sigue en el aire: ¿cómo debe responder el Estado mexicano ante una amenaza cada vez más sofisticada? Las soluciones no solo deben ser militares, sino también políticas, sociales y tecnológicas, antes de que el cielo se convierta, permanentemente, en un campo de guerra.
Enlaces oficiales recomendados:
- Presidencia de la República: https://www.gob.mx/presidencia
- Secretaría de la Defensa Nacional: https://www.gob.mx/sedena
- Guardia Nacional: https://www.gob.mx/guardia-nacional