Un operativo conjunto que pone el foco sobre la frontera como zona crítica del crimen organizado
En un esfuerzo coordinado entre fuerzas estatales y federales, este mediodía se logró la detención de Alonso Villas Briones, también identificado como Alfonso Flores Briones o bajo el alias de “Cabo 13”, considerado uno de los principales operadores del Cártel de Sinaloa en Baja California.
Su captura representa un golpe estratégico contra las estructuras de tráfico de personas que actúan impunemente en la región fronteriza.
Según fuentes oficiales, Villas Briones operaba directamente bajo las órdenes de los hermanos Alfonso y René Arzate, conocidos cabecillas del cártel que dominan rutas de narcotráfico y trata de personas en el noroeste del país.
El detenido tenía el control de operaciones en zonas críticas como Mesa de Otay, colonia Libertad, y fraccionamientos como Murúa, Buena Vista y Natura, puntos calientes para el tráfico humano con destino a Estados Unidos.
Tráfico de personas: el otro negocio del narco
Aunque el narcotráfico suele ser la cara más visible del crimen organizado, la trata y el tráfico de migrantes se han convertido en negocios igual o más rentables para los cárteles.
La frontera norte de México, especialmente Baja California, ha sido escenario de un crecimiento alarmante en las redes ilegales que explotan la desesperación de quienes buscan cruzar al norte.
El caso de Villas Briones pone de relieve cómo estas organizaciones no solo controlan la droga, sino que también manejan complejas estructuras logísticas para mover personas, muchas veces con fines de explotación sexual, laboral o extorsión.
La captura de “Cabo 13”: ¿avance real o efecto mediático?
Las autoridades celebran la detención como un paso importante en la lucha contra el crimen organizado, pero la realidad exige una mirada más crítica.
Aunque se logren capturas importantes como esta, las estructuras criminales suelen adaptarse rápidamente, reemplazando a los detenidos con nuevos operadores en cuestión de días.
Además, mientras no se desmantelen las redes financieras, de corrupción y complicidad institucional que permiten el crecimiento del crimen organizado, las detenciones seguirán siendo espectáculos temporales en un sistema que permanece intacto.
Coordinación institucional: un acierto en medio de una guerra sin fin
El operativo fue posible gracias a la cooperación entre diversas instituciones de seguridad, una práctica que, aunque aplaudible, no siempre se lleva a cabo de manera eficiente en otras regiones del país.
Baja California, por su ubicación estratégica, exige este tipo de respuestas conjuntas ante la intensidad delictiva de los últimos años.
“Cabo 13” era un eslabón importante, pero no el único. Si bien su captura representa un paso firme, aún queda un largo camino para desarticular el entramado criminal que convierte a la frontera mexicana en uno de los corredores ilegales más activos del continente.