Una tormenta solar de alta intensidad ha sido detectada por la NASA, generando preocupación entre los científicos y expertos en clima espacial. El evento, clasificado como una llamarada solar X2.7, es una de las erupciones más poderosas del actual ciclo solar, que alcanza su punto máximo de actividad cada once años.
La erupción ocurrió el 14 de mayo de 2025, y aunque la mayor parte del material fue expulsado en dirección opuesta a la Tierra, una porción podría alcanzar nuestra atmósfera en los próximos días, generando una tormenta geomagnética.
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¿Qué es una tormenta solar?
Las tormentas solares son explosiones de energía originadas en el Sol que liberan partículas cargadas al espacio. Cuando estas partículas interactúan con el campo magnético terrestre, pueden alterar comunicaciones, sistemas eléctricos y redes de navegación.
Según la NASA, la llamarada solar reciente alcanzó un diámetro cercano al millón de kilómetros, presentando una forma visual que los científicos han comparado con “alas de ángel”.
Perú activa su protocolo
El Instituto Geofísico del Perú (IGP), adscrito al Ministerio del Ambiente, ha activado un protocolo de vigilancia permanente para observar cualquier impacto que la tormenta pueda causar sobre el territorio nacional.
Gracias a su radar ionosférico y su red de instrumentos en todo el país, el IGP puede detectar alteraciones en el campo magnético terrestre y en la atmósfera superior, lo que convierte al Perú en un observador estratégico por su ubicación ecuatorial.
Posibles efectos en la Tierra
Los eventos solares como este pueden causar:
- 📡 Interrupciones en las comunicaciones por radio, especialmente en alta frecuencia (HF), usadas por aviones y barcos.
- ⚡ Apagones eléctricos por sobrecargas en redes de distribución.
- 🛰️ Daños a satélites y alteraciones en los servicios GPS.
- 🌌 Auroras boreales y australes en zonas donde normalmente no se observan.
- ✈️ Desvío de vuelos para reducir la exposición a la radiación en rutas polares.
Aunque la mayoría de personas en tierra no están en riesgo, astronautas y pilotos podrían recibir niveles más altos de radiación.
Casos históricos que sirven de advertencia
En 1989, una tormenta geomagnética provocó un apagón masivo en la provincia canadiense de Quebec. Eventos similares podrían repetirse si las redes eléctricas no están preparadas para resistir estos embates solares.
Por eso, la comunidad científica mantiene la vigilancia activa ante cualquier fluctuación que pueda indicar la llegada del material solar a la Tierra.
La tormenta solar detectada por la NASA no es una amenaza directa por el momento, pero sí representa un llamado de atención sobre la vulnerabilidad de nuestros sistemas ante fenómenos astronómicos naturales.
Con un monitoreo constante y la cooperación entre agencias como la NASA y el IGP, el mundo puede estar mejor preparado para enfrentar las consecuencias de estos poderosos eventos solares.
(Con información de Infobae)