La Fiscalía mexicana revela cómo la facción del Cártel de Sinaloa ha replicado armas y explosivos estadounidenses mediante tecnología inversa y talleres clandestinos. El nombre de Julio César Chávez Jr. vuelve a aparecer en las investigaciones.
Armas hechas en casa, pero con diseño norteamericano
En un inquietante hallazgo, la Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que Los Chapitos, brazo operativo del Cártel de Sinaloa, no solo han traficado armas de alto poder desde Estados Unidos, sino que han comenzado a fabricarlas por cuenta propia mediante procesos de tecnología inversa en talleres clandestinos en México.
El reporte, revelado por la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), detalla que estos talleres, situados principalmente en Sinaloa, se dedican a desarmar y copiar armas y explosivos comprados ilegalmente en EE. UU., para luego replicarlos a gran escala y distribuirlos entre sicarios del grupo delictivo.
Una red binacional: Tucson, Nogales y Culiacán
Según FEMDO, la operación tiene raíces en ciudades fronterizas como Nogales y Tucson, desde donde se importaban ilegalmente las armas. Una vez en México, los expertos en ingeniería del crimen desmantelaban las piezas, analizaban su diseño, y producían réplicas.
Desde 2018, Martín León Romero lideraba esta red de tráfico. Con la participación de ciudadanos estadounidenses, la organización compraba armas por Internet utilizando identidades falsas y direcciones en EE. UU., desde donde se redirigían hacia Culiacán.
“Se identificaron pedidos por internet pagados con tarjetas de crédito de terceros, cuyas direcciones eran usadas para recibir el armamento”, informó FEMDO en su comunicado.
Explosivos, lanzagranadas y miles de municiones
Durante las investigaciones, se documentó la adquisición de material bélico como:
- Granadas calibre 44 mm
- Cañones lanzagranadas M203 calibre 40 mm
- Más de 97,000 cartuchos
- Al menos 19 armas de fuego automáticas
Estos elementos no solo fueron introducidos al país, sino que sirvieron como base para la reproducción industrial de armamento, elevando el nivel de sofisticación del Cártel.
¿Julio César Chávez Jr. implicado?
Una de las revelaciones más polémicas es la presunta implicación del exboxeador mexicano Julio César Chávez Jr., quien habría colaborado con el grupo como facilitador logístico y “ajustador de cuentas”, según información publicada por Univisión Noticias.
Chávez Jr. fue arrestado a principios de julio y actualmente se encuentra bajo investigación judicial, siendo vinculado a la célula que operaba en Nogales bajo el mando de León Romero.
¿Un narco-arsenal sin límites?
El modelo de “producción nacional” adoptado por Los Chapitos rompe paradigmas en la guerra contra el crimen organizado. El hecho de que un grupo criminal replique con éxito armas de uso militar demuestra un alarmante avance tecnológico del narco mexicano, y plantea retos sin precedentes para la seguridad nacional y binacional.
“Esto no es solo tráfico de armas, es manufactura bélica a escala criminal”, advierte un experto en seguridad del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).
Un nuevo capítulo en la industria del crimen
La revelación de esta operación marca un punto de inflexión: ya no se trata solo de comprar armas, sino de fabricarlas. Lo que antes parecía exclusivo de gobiernos o guerrillas, hoy es una estrategia del narco con ingeniería propia.
Mientras la justicia mexicana procesa a los implicados, el desafío persiste: desmantelar no solo los talleres, sino la estructura transfronteriza que los sostiene.