El nuevo libro After the Spike, escrito por los economistas Dean Spears y Michael Geruso de la Universidad de Texas en Austin, plantea una tesis provocadora: el mundo está entrando en una era de despoblación, fenómeno que podría marcar un cambio histórico tan profundo como el cambio climático.
Según los autores, el “spike” —el pico de crecimiento poblacional registrado en 2012 con 146 millones de nacimientos— será seguido por una caída sostenida y posiblemente irreversible. Este viraje demográfico, señalan, se está produciendo por decisiones sociales, económicas y culturales que han llevado a las familias a tener menos hijos, a pesar de los avances en salud y prosperidad.
Mira: Israel anuncia nuevo plan militar para impedir amenazas futuras de Irán tras guerra de 12 días
El declive silencioso
La tasa global de natalidad ha disminuido de manera constante: de seis hijos por mujer en 1800 a menos de dos en la actualidad. Aunque la población mundial sigue creciendo por la reducción de la mortalidad, los autores advierten que para 2080 comenzará el declive poblacional, el cual podría volverse permanente si no se promueven medidas para estabilizar la tasa de reemplazo generacional.
Geruso señala que “sin dos hijos para reemplazar a cada pareja de padres, las generaciones se reducirán inevitablemente”. Esta tendencia ya es evidente en países como Estados Unidos (1,6 hijos por mujer) y Europa (1,4), pero también afecta a naciones en desarrollo como India, donde la tasa ya es menor a dos.
No solo es una preocupación del norte global
El fenómeno de la despoblación trasciende el nivel de ingresos, religiosidad o acceso a anticonceptivos. Spears y Geruso destacan que, desde 1950, 26 países han caído por debajo del nivel de reemplazo sin haberlo recuperado. Incluso en África subsahariana —donde aún existe una alta natalidad— las tasas también han descendido de 6.4 hijos por mujer en 1950 a 4.3 en la actualidad.
¿Menos gente, más sustentabilidad?
Uno de los mitos que After the Spike desafía es la idea de que una menor población resolverá los problemas ambientales. Spears argumenta que los mayores avances ambientales —como la eliminación de la gasolina con plomo o la protección de la capa de ozono— ocurrieron en contextos de crecimiento poblacional, no de reducción.
Ambos autores coinciden en que la solución a los problemas del mundo no está en reducir el número de personas, sino en crear condiciones que permitan a las familias tener los hijos que desean, sin enfrentar obstáculos económicos, laborales o sociales.
¿Qué podemos hacer?
Geruso plantea que revertir la tendencia a la despoblación requerirá una transformación profunda en nuestras instituciones, desde sistemas educativos hasta políticas laborales y de vivienda, que faciliten y valoren la crianza. Subraya que tener hijos no debe verse como una carga exclusiva de las mujeres, sino como una responsabilidad colectiva.
Spears añade que este debate debería empezar ahora, antes de que la despoblación global sea una realidad irreversible. “Estamos a tiempo de construir un consenso que apoye a las nuevas generaciones”, dijo.
(Con información de Infobae)