🔎 Pérdidas millonarias y falta de transparencia generan indignación en la ciudadanía
El Hospital de Apoyo Iquitos César Garayar García ha sido objeto de fuertes cuestionamientos tras la eliminación de cerca de cinco toneladas de medicamentos e insumos vencidos de su almacén ubicado en la cuadra 2 de la calle Fanning, en el distrito de Iquitos. La decisión ha generado un debate sobre la gestión de recursos en el sistema de salud y las pérdidas económicas que esto representa.
Una pérdida millonaria
Según declaraciones del doctor Guillermo Ángulo, gerente regional de Salud de Loreto, la eliminación de estos medicamentos supone una pérdida estimada en casi un millón de soles. “Esto debió ser informado oportunamente para evitar cualquier tipo de responsabilidad”, afirmó en entrevista con el periodista Gilberto Llerena.
De acuerdo con Ángulo, el vencimiento de estos insumos responde a la demora en la distribución de fármacos por parte del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES), lo que habría provocado que estos productos quedaran almacenados más tiempo del debido sin ser utilizados.
Eliminación y dudas en el proceso
Para la disposición final de los medicamentos, el hospital contrató a la empresa Brunner, encargada de transportar los insumos en un camión madrina hasta un botadero en la carretera Iquitos – Nauta, en el distrito de San Juan Bautista. La institución aseguró que el procedimiento se realizó bajo la Norma Técnica vigente y con medidas de seguridad establecidas en el Manual Técnico de Baja de Productos Farmacéuticos.
Sin embargo, ni GERESA Loreto ni el Hospital de Apoyo Iquitos han detallado qué medicamentos fueron eliminados, lo que ha desatado el malestar de la población. En redes sociales, usuarios denuncian que los hospitales estatales limitan la entrega de medicamentos, mientras grandes lotes terminan siendo desechados.
Un problema recurrente en el sector salud
Este caso expone un problema estructural en la gestión de insumos médicos en el país: el desabastecimiento en los centros de salud contrasta con la eliminación masiva de fármacos vencidos. La falta de planificación, los retrasos en la distribución y la escasa transparencia en la administración de recursos médicos generan dudas sobre la eficiencia del sistema.