EE. UU. presiona a Maduro y al “cartel de los Soles” en Venezuela

Alt text: Oficial de las Fuerzas Armadas de Perú en uniforme militar, hablando en un acto oficial con micrófono, expresando liderazgo y autoridad en un evento institucional.

El nuevo escenario geopolítico impulsado por Estados Unidos ha colocado a Nicolás Maduro y al llamado “cartel de los Soles” ante un punto de quiebre. Según análisis internacionales, Washington dejó atrás la estrategia de contención y ahora exige la restitución plena de la soberanía en Venezuela, calificando a la cúpula chavista como una organización criminal transnacional.

Durante los últimos 25 años, los gobiernos de Hugo Chávez y luego de Maduro consolidaron una estructura que analistas describen como un narcoestado estrechamente vinculado a los intereses de la dictadura cubana, su principal aliada política y operativa. Esta alianza facilitó la expansión de redes ilícitas, la represión interna y la intervención en procesos democráticos de otros países de la región.

La ruptura con Washington

El giro de la política exterior estadounidense en 2025 fijó a Venezuela como primer objetivo estratégico. Para la administración actual, el grupo que sostiene a Maduro —señalado por narcotráfico, corrupción y represión sistemática— representa una amenaza directa a la seguridad hemisférica.
Maduro y sus colaboradores enfrentan procesos judiciales, órdenes de captura y recompensas millonarias, mientras Washington dejó de reconocerlos como autoridades legítimas para tratarlos como grupo criminal organizado.

La identificación formal del cartel de los Soles como organización terrorista, sumada a la operación “Lanza del Sur” y a los ultimátum enviados a Caracas, quebró la estrategia de dilación que la cúpula chavista empleó por años a través de negociaciones fallidas.

Las tres opciones del régimen

De acuerdo con especialistas, Maduro y su entorno se encuentran hoy limitados a solo tres caminos:

  1. Entregarse o ser capturados, como ocurrió con Manuel Noriega en Panamá o Joaquín “El Chapo” Guzmán en México.
  2. Fugar hacia países que aún ofrezcan impunidad o refugio político.
  3. Morir, ya sea en enfrentamientos, por decisiones internas o por operaciones derivadas del cumplimiento de la ley.

El análisis coincide en que postergar decisiones ya no es viable. La presión internacional y las restricciones económicas aumentan, mientras la estructura del régimen muestra señales de división.

El rol de Cuba

Aunque Maduro es la figura visible, expertos señalan que La Habana continúa dirigiendo la estrategia de resistencia. Con 67 años de permanencia en el poder y una larga experiencia manipulando escenarios internacionales, la dictadura cubana considera que perder Venezuela equivaldría a acelerar su propia caída. Por ello, apuestan por ganar tiempo y desgastar a la administración estadounidense.

Sin embargo, con menos de un año desde el inicio del nuevo gobierno de EE. UU., la posibilidad de que la presión disminuya parece remota.

Un punto de quiebre para la región

La situación venezolana dejó de ser un asunto interno para convertirse en un riesgo hemisférico, debido a:

  • Migraciones masivas y forzadas
  • Tráfico de personas
  • Narcoterrorismo
  • Penetración política y financiamiento de campañas
  • Ciberagresiones y manipulación digital

Las democracias de la región consideran que se llegó a un límite: o se preserva el sistema democrático, o se consolida el avance de regímenes criminales que han puesto en jaque la estabilidad de las Américas.