Aunque refrescan el ambiente, los ventiladores encendidos durante la noche pueden afectar el sueño, resecar mucosas y agravar problemas respiratorios. Te contamos cómo usarlos de forma segura.
Las altas temperaturas nocturnas en regiones como Loreto hacen que dormir se vuelva una lucha constante contra el calor. Frente a esta situación, muchas familias optan por encender ventiladores de techo, de mesa o de piso durante la noche. Sin embargo, especialistas advierten que esta práctica, aparentemente inofensiva, puede comprometer la salud respiratoria, muscular y dermatológica, especialmente en zonas amazónicas donde el polvo, la humedad y los alérgenos son constantes.
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Dormir con ventilador: ¿refrescante o riesgoso?
El flujo continuo de aire, aunque alivia el calor, también dispersa partículas suspendidas como polvo, ácaros, polen y otros alérgenos presentes en el dormitorio. Esto representa un peligro para quienes padecen asma, rinitis o alergias respiratorias crónicas, pues estas condiciones se agravan ante el contacto con agentes irritantes.
Renato Casanova, neurólogo del Hospital Dos de Mayo, advierte que los ventiladores, al enfriar de forma directa las vías respiratorias, resecan la mucosa nasal y aumentan la susceptibilidad a infecciones. “Los niños con asma o cuadros alérgicos deben evitar la exposición prolongada al aire directo”, señala.
Además de los síntomas respiratorios —como congestión nasal, exceso de mucosidad, irritación de garganta o dolor de cabeza— el aire frío constante puede provocar contracturas musculares. Dormir con la corriente dirigida al rostro o cuello mantiene los músculos en tensión, lo que se traduce en dolores cervicales y rigidez al despertar.
El impacto del ruido en el descanso
El ruido emitido por algunos modelos de ventiladores también representa un obstáculo para lograr un sueño profundo. Aunque ciertos usuarios se benefician del llamado “ruido blanco”, otros experimentan microdespertares y reducción en la calidad del sueño, sobre todo si el aparato supera los 55 decibelios, el límite recomendado por las normas europeas para electrodomésticos nocturnos.
Según MedlinePlus, la falta de sueño reparador puede aumentar el riesgo de hipertensión, estrés y enfermedades cardiovasculares.
Cómo dormir con ventilador sin perjudicar la salud
A pesar de estos riesgos, usar un ventilador durante la noche no tiene por qué ser peligroso si se toman algunas precauciones básicas:
- Ubicación estratégica: Colócalo al menos a un metro del cuerpo y evita que apunte directamente al rostro o cuello. El modo oscilante es preferible.
- Limpieza frecuente: Mantén limpias las aspas del ventilador y la habitación para reducir el polvo y los alérgenos en suspensión.
- Control de temperatura: La habitación debe mantenerse entre 23 y 27 °C. Por debajo de ese rango, el aire se vuelve demasiado seco.
- Hidratación: Bebe agua al despertar, lava las fosas nasales antes de dormir y aplica cremas hidratantes en cara y cuerpo.
- Ventiladores programables: Usa modelos con temporizador para que se apaguen automáticamente después de las primeras horas de calor.
- Modelos silenciosos: Elige ventiladores que no superen los 50 dB para evitar interrupciones durante el sueño.
Finalmente, si padeces asma, rinitis o alergias crónicas, lo más recomendable es consultar a un especialista para establecer pautas personalizadas. Dormir bien no solo depende de la temperatura, sino también de un entorno saludable y controlado.
(Con información de Infobae)