El Ministerio de Economía respalda el aumento de 125% para la presidenta, mientras el país enfrenta violencia, pobreza y una grave desconexión entre el poder y la realidad nacional.
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Mientras el país llora la masacre de 13 mineros en Pataz, enfrenta una crisis de inseguridad ciudadana y arrastra una alta desaprobación presidencial, el Gobierno analiza una propuesta polémica: aumentar el sueldo de Dina Boluarte de S/ 16 mil a S/ 35,568 mensuales, un incremento del 125 %.
El informe del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), solicitado por la Secretaría General de la PCM, argumenta que la presidenta gana menos que otras autoridades nacionales e incluso que mandatarios de la región.
La propuesta ya está en manos de la Presidencia del Consejo de Ministros, pero su difusión ha generado indignación ciudadana y críticas políticas.
🔗 Ministerio de Economía y Finanzas: https://www.mef.gob.pe
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¿Quiénes ganan más que Dina Boluarte?
Actualmente, Boluarte gana menos que más de 30 altos funcionarios públicos. Algunos ejemplos:
- Presidente del Poder Judicial: S/ 46,717
- Jueces supremos: S/ 42,717
- Presidente del BCR: S/ 41,637
- Jefes de organismos reguladores: S/ 28,000 a S/ 35,000
- Ministros: S/ 30,000
- Congresistas: S/ 15,600
Además, la presidenta cuenta con beneficios no salariales: residencia en Palacio de Gobierno, alimentación cubierta, transporte oficial, personal de seguridad y gastos de representación. Al dejar el cargo, recibe una pensión vitalicia de S/ 15,600.
Indignación ciudadana y reacciones políticas
La propuesta ha sido calificada como una burla a la población por diversos sectores. “Mientras millones de peruanos luchan por llegar a fin de mes, Dina Boluarte pretende subirse el sueldo. Una desconexión total con la realidad”, dijo la congresista Ruth Luque.
La exministra Anahí Durand agregó: “El Estado le paga comida, seguridad, relojes y hasta cirugía estética, pero quiere más.”
Este pedido ocurre en un momento crítico, donde se evidencian graves fracturas sociales, pérdida de legitimidad política y una creciente percepción de impunidad y privilegio en las élites gubernamentales.
Mientras el pueblo sobrevive con un sueldo mínimo, la presidenta pide triplicarse el suyo. En un país donde la desigualdad ya es norma, esta propuesta no solo es impopular: es, para muchos, inmoral.