Cusco: Hallan túnel inca de 1.750 metros que conecta Sacsayhuamán con el Coricancha

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Un equipo peruano confirma la existencia de un pasadizo subterráneo descrito en crónicas coloniales, dando base arqueológica a una de las leyendas más antiguas del Cusco.

Durante siglos, el misterio de túneles ocultos bajo la ciudad del Cusco alimentó relatos de cronistas coloniales, pobladores y viajeros. Hoy, en pleno 2025, esa tradición oral encuentra sustento arqueológico gracias al Proyecto Chincana, liderado por los investigadores peruanos Jorge Calero Flores y Mildred Fernández Palomino, quienes han confirmado la existencia de un túnel subterráneo de 1.750 metros de longitud que une Sacsayhuamán con el antiguo Coricancha, el templo solar más sagrado del Tahuantinsuyo.

Del mito a la evidencia: la Chincana existe

La entrada al túnel ha sido identificada en una estructura con forma de “H”, con una piedra tallada en forma de cabeza de serpiente, acorde a las descripciones que dejaron Fray Martín de Murúa y Garcilaso de la Vega. El pasaje, conocido en las crónicas como Chincana —voz quechua que puede traducirse como “laberinto”—, muestra una pendiente de entre 2,9% y 11,6%, con dinteles de piedra en forma trapezoidal, y muros labrados con bloques líticos rectangulares, justo como se relató en el siglo XVII.

“Gracias a Garcilaso sabemos que era un corredor ceremonial, posiblemente utilizado para transportar al dios Punchao —una efigie de oro macizo— entre los templos”, declaró Calero en entrevista con La Vanguardia.

El simbolismo de un pasaje entre opuestos

La ruta entre Sacsayhuamán, una fortaleza de carácter masculino, y el Coricancha, de connotación femenina, no es casual. “Simboliza el equilibrio entre los opuestos: masculino y femenino, sol y luna, Hanan Pacha y Uku Pacha”, explicó Calero. El equipo ha identificado tres ramales adicionales que también se dirigen hacia el templo solar, y un cuarto que podría conectar con el Acllawasi, la casa de las vírgenes del Sol.

Las excavaciones, iniciadas en mayo de 2025, ya han abierto cuatro cuadros arqueológicos y cuentan con el respaldo del Colegio de Arqueólogos del Perú, que ha felicitado el descubrimiento públicamente. La fase inicial del proyecto se extenderá 18 meses.

Tesoros, leyendas y tecnología de punta

El mito de la Chincana fue recogido por cronistas como Pedro Cieza de León, Guamán Poma de Ayala y el Anónimo Jesuita, quienes aseguraban que los túneles pasaban por debajo del centro histórico sin haber sido destruidos por la colonia. Algunas versiones hablan de tesoros ocultos y de personajes como Cristóbal Paullu Inka que habrían sido guiados con los ojos vendados a cámaras repletas de oro.

Pero Calero es prudente: “Nuestro objetivo no es hallar oro, sino reconstruir una parte olvidada de la arquitectura sagrada inca”. No obstante, no descarta encontrar quipus, tejidos rituales o instrumentos ceremoniales.

El equipo emplea tecnología de punta, como georradares y prospección sísmica, para mapear el trazado y validar las fuentes históricas con evidencia empírica. El legado de Manuel Chávez Ballón, quien antes de morir en el año 2000 indicó el posible trazado del túnel, también guía la investigación.

“Estamos explorando el Uku Pacha, el mundo subterráneo para los incas. No se trata solo de un túnel, sino de un viaje al origen espiritual del Cusco”, concluyó Calero.

(Con información de Infobae)

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