Colombianos ligados a préstamos “gota a gota” fueron secuestrados y liberados en Jalisco

Jóvenes con semblantes serios en retratos individuales para la noticia en Loreto Noticias.

Un caso que destapa la peligrosa red de financiamientos informales y la vulnerabilidad de extranjeros en México.


El 25 de julio, Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, se convirtió en escenario de un caso que mezcla migración, economía informal y violencia organizada: la desaparición de cinco ciudadanos colombianos presuntamente vinculados al sistema de préstamos “gota a gota”.

Más de una semana después, las autoridades confirmaron su liberación, pero el caso sigue rodeado de interrogantes.


Las víctimas y su inesperado regreso a Colombia

Entre los liberados se encuentran Maryeline Ramos Flores, originaria de Medellín, Antioquía, y los hermanos Julián Andrés y Alexander Sepúlveda Villada, del municipio de Aranzazu, Caldas.

Las identidades de los otros dos involucrados aún no han sido reveladas, y las autoridades ni siquiera habían emitido fichas de búsqueda para ellos.

De acuerdo con Estefanía, familiar de las víctimas, todos ya están de vuelta en su país. “Maryeline ya está en Medellín. Los tres salieron muy bien y fueron soltados cerca del aeropuerto con sus pasaportes”, relató.

La liberación ocurrió sin un operativo oficial visible, lo que abre dudas sobre los acuerdos o negociaciones detrás de su salida.


Préstamos “gota a gota”: dinero rápido, riesgo alto

La Fiscalía de Jalisco confirmó que las cinco personas trabajaban en una empresa que ofrecía préstamos bajo el modelo “gota a gota”, un mecanismo ilegal que promete dinero rápido sin avales ni garantías, pero que oculta intereses altísimos y métodos de cobro violentos.

El fiscal Salvador González De Los Santos admitió que aún no han podido entrevistarlos para saber con exactitud para quién trabajaban o de dónde provenían los fondos. “Solo sabemos que se dedicaban a este tipo de préstamos”, dijo.

Este sistema, importado principalmente desde Colombia, ha proliferado en varias ciudades mexicanas y ha sido relacionado con redes criminales que utilizan la deuda como herramienta de control y extorsión.


El secuestro: dos escenas, un mismo mensaje

Según las investigaciones, dos de las víctimas fueron vistas por última vez en una plaza comercial en Santa Anita, mientras que las otras tres fueron privadas de la libertad en un domicilio del fraccionamiento Altara, en Tlajomulco.

Hasta ahora no se han identificado públicamente a los responsables, y las pesquisas continúan para esclarecer si el secuestro fue un ajuste de cuentas, un cobro fallido o una represalia de grupos locales contra foráneos que entran en su “territorio financiero”.


Un síntoma de algo mayor

Este caso no solo habla de la inseguridad en México, sino también de cómo redes internacionales de préstamos informales se insertan en economías vulnerables y terminan chocando con el crimen organizado local.

La aparente liberación “silenciosa” y el rápido retorno a Colombia sugieren que hay piezas del rompecabezas que permanecen fuera del alcance de la justicia.

Mientras tanto, el fenómeno “gota a gota” sigue extendiéndose en América Latina, dejando a su paso víctimas tanto entre los prestatarios como entre quienes operan el negocio.