“Colgaron la muerte”: Sinaloa estremece con hallazgo de 20 cadáveres bajo puente narco

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Un horror que no cesa: el narco exhibe su poder con brutal mensaje de muerte

La mañana del lunes 1 de julio, los residentes de un poblado cercano a Culiacán, Sinaloa, se enfrentaron a una escena escalofriante: veinte cuerpos sin vida, cinco de ellos decapitados, fueron encontrados en un puente y sus inmediaciones, en lo que autoridades presumen es una nueva escalada de violencia ligada al crimen organizado.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, cuatro de los cadáveres fueron hallados colgando del puente vehicular “El Palmito”, mientras los otros dieciséis yacían dentro de una camioneta abandonada a pocos metros.

El hallazgo coincide con una serie de recientes enfrentamientos entre células delictivas en disputa por el control del territorio.


Crimen organizado con firma de terror: brutalidad como advertencia

Cinco de las víctimas fueron encontradas decapitadas y, según versiones preliminares de la fiscalía, los cuerpos presentaban huellas de tortura.

Esta forma de ejecución se ha vuelto tristemente común en la región, donde los cárteles utilizan la exhibición de violencia extrema como método de intimidación y control social.

El modus operandi sugiere una advertencia a grupos rivales, en el marco de una posible reconfiguración del control narco en zonas clave del estado.

Las autoridades aún no han confirmado la identidad de las víctimas ni de los posibles perpetradores.


Impunidad y miedo: ¿dónde está el Estado?

La escena reaviva los peores fantasmas de Sinaloa, entidad que históricamente ha sido bastión del narcotráfico y territorio de operaciones del Cártel de Sinaloa y sus células disidentes.

A pesar de los despliegues de la Guardia Nacional y operativos conjuntos con el Ejército, la sensación de impunidad persiste.

A esto se suma una creciente preocupación por el vacío de autoridad local, las redes de corrupción y la poca capacidad de respuesta inmediata ante hechos de esta magnitud.


Sinaloa en cifras: un estado bajo fuego

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Sinaloa registró más de 700 homicidios dolosos en los primeros cinco meses de 2025, una cifra alarmante que confirma que, aunque menos mediático que en años anteriores, el conflicto narco sigue tan activo como letal.


Voces silenciadas: la población exige justicia

Las organizaciones civiles y de derechos humanos han vuelto a levantar la voz exigiendo justicia y protección para las comunidades atrapadas en la espiral de violencia.

Sin embargo, la narrativa oficial parece quedarse corta frente al terror cotidiano.

“El Estado no puede seguir actuando como si esto fuera un incidente más. Este tipo de actos son crímenes de lesa humanidad y deberían ser tratados como tal”, declaró Amnistía Internacional México en redes sociales.


Un país que normaliza el horror

Lo ocurrido en Sinaloa no es un hecho aislado: es reflejo de una crisis estructural que arrastra México desde hace décadas.

Las estrategias de seguridad fallidas, la impunidad rampante y el abandono institucional han permitido que el crimen organizado dicte las reglas del juego en amplias zonas del país.

Mientras no haya una política integral que incluya justicia, desarrollo social y desarticulación real de las redes delictivas, escenas como la de este lunes seguirán repitiéndose… y normalizándose.

Una sociedad que se acostumbra al horror está en riesgo de perderlo todo, incluso su capacidad de indignarse.