CJNG ‘le entra’ a la minería: El Cártel se apodera de minas en Querétaro para traficar mercurio a Sudamérica

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Un informe de la Agencia de Investigación Ambiental revela cómo el Cártel Jalisco Nueva Generación controla minas ilegales de mercurio en la Sierra Gorda y las convierte en epicentro de contrabando internacional hacia Colombia, Perú y Bolivia.


El narco muta: del narcotráfico al negocio tóxico del mercurio

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los grupos criminales más violentos y expansivos de México, ha diversificado sus operaciones más allá del tráfico de drogas, el huachicol y la extorsión.

Según un informe publicado en 2024 por la Agencia de Investigación Ambiental (Environmental Investigation Agency, EIA) con sede en Washington D.C., el CJNG ahora incursiona en la minería ilegal de mercurio, controlando minas en la región de La Plazuela, Querétaro, en plena Reserva de la Biosfera Sierra Gorda.

Minas blindadas por el crimen organizado

Los investigadores de la EIA documentaron que las minas Cristo Vive, La Fe, La Peña, El Mono y La Perla están controladas por el CJNG. En los accesos se han instalado portones metálicos, torres con cámaras de vigilancia y retenes armados.

Durante su inspección, los agentes de la EIA fueron amenazados y perseguidos. Un miembro del cártel llegó incluso a simular un degüello mientras decía “vete”, obligando a los investigadores a abandonar el área. Posteriormente, fueron seguidos por una camioneta durante horas.


Así opera el contrabando de mercurio

En lugar de procesar el cinabrio (roca que contiene mercurio) en México, el CJNG lo transporta en sacos camuflados con grava, cruzando aduanas en Colombia y Perú, donde el uso e importación de mercurio está prohibido debido a sus efectos tóxicos y su uso en la minería ilegal de oro.

Para evadir decomisos, los cargamentos se registran con descripciones falsas, y funcionarios aduaneros corruptos permiten el paso.

Una vez en su destino, el cinabrio es procesado para obtener mercurio líquido, el cual se utiliza frecuentemente en la minería ilegal de oro en Sudamérica, con graves consecuencias ambientales.


Juan José Zamorano: el engranaje clave del tráfico

La EIA identifica al mexicano Juan José Zamorano como el principal operador del CJNG en el tráfico de mercurio. Zamorano compra el cinabrio a los mineros, dirige su camuflaje, transporte y salida del país bajo documentación adulterada.

El contrabando, según sus propias declaraciones, comenzó hace más de una década con destinos como Panamá e India, pero actualmente los envíos se dirigen a Bolivia, Colombia y Perú. Su pareja, Alejandra Pulido, exdiputada del PAN, está al tanto de las operaciones.


Ecocidio en la Sierra Gorda: el Extoraz en peligro

Las extracciones ilegales de cinabrio han provocado daños ambientales irreversibles, especialmente en el río Extoraz, cuya cuenca sufre ya de contaminación por metales pesados. La Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, patrimonio ambiental de México, se ve amenazada por las actividades delictivas del CJNG.


¿Y el Estado mexicano?

Las revelaciones de la EIA generan preocupación por la ausencia de control gubernamental en territorios ambientalmente protegidos. A pesar de la gravedad de las denuncias, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Fiscalía General de la República (FGR) no han emitido pronunciamientos formales sobre las operaciones ilegales del CJNG en estas minas.


El crimen no solo contamina… también financia más violencia

El negocio del mercurio no solo es ambientalmente destructivo, sino que también alimenta la caja negra del CJNG para financiar armas, corrupción y expansión territorial.

La minería ilegal se convierte así en otra herramienta del crimen organizado para consolidar su poder en México y exportarlo al continente.

La alerta está dada: la minería ya no es solo un recurso natural, sino un frente más del crimen trasnacional.