Golpe al crimen organizado en la capital del estado: su captura podría ser clave para frenar la violencia en la región sur.
Detención tras enfrentamiento armado en Oaxaca de Juárez
El 29 de julio, en un operativo conjunto entre la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Guardia Nacional (GN), fue capturado un individuo conocido como “El Toro” o “El Colombiano”, presunto operador de un grupo criminal ligado al narcotráfico y a otros delitos de alto impacto.
La detención tuvo lugar luego de una agresión armada en la colonia Morelos de Oaxaca de Juárez. En el lugar, las fuerzas de seguridad aseguraron un arma de fuego presuntamente utilizada en el ataque. La captura se dio tras una respuesta rápida y coordinada de las autoridades, quienes desde hace meses le seguían la pista.
Vínculos con los Beltrán Leyva y otros crímenes
“El Toro”, originario de Apatzingán, Michoacán —una de las cunas históricas del crimen organizado en México—, contaba con una orden de aprehensión vigente por homicidio.
Pero lo más preocupante es su presunta relación con “El Bogar”, identificado como líder del Cártel de los Beltrán Leyva en Oaxaca. Esto indica que su captura podría afectar directamente la estructura operativa de esta organización en la región.
La Fiscalía no ha detallado el número total de delitos que se le imputan, pero ha confirmado que el detenido ya era objeto de múltiples investigaciones relacionadas con homicidios, tráfico de armas y distribución de droga.
¿Un avance real o una detención simbólica?
Aunque la captura de un presunto criminal de este perfil siempre representa un avance, no puede evitarse la pregunta de si se trata de una estrategia sostenida o simplemente un golpe mediático.
Oaxaca ha sido históricamente una zona de paso y refugio para grupos criminales, debido a su complicada geografía, su baja presencia institucional en algunas regiones y el alto nivel de impunidad.
Además, la falta de detenciones previas a gran escala o el desmantelamiento de células enteras deja dudas sobre la continuidad y profundidad de estas acciones.
Si bien “El Toro” ha sido detenido, su captura no garantiza por sí sola una disminución de la violencia, sobre todo si no se acompaña de inteligencia financiera, protección comunitaria y fortalecimiento institucional.
Un arma asegurada y una red en investigación
Hasta el momento, solo se ha informado del aseguramiento de una sola arma de fuego. No se ha dado a conocer si en el operativo hubo más detenidos, ni se han detallado los posibles vínculos logísticos y financieros del grupo criminal que supuestamente encabezaba en Oaxaca.
No obstante, la FGEO ha asegurado que se está ampliando la investigación para identificar a sus colaboradores y contactos locales, lo que podría abrir la puerta a nuevas detenciones.
¿Qué sigue para Oaxaca?
El sur de México, y Oaxaca en particular, enfrenta un creciente nivel de violencia derivado del reacomodo de grupos criminales, especialmente tras la fragmentación de los grandes cárteles tradicionales.
La detención de figuras como “El Toro” puede generar reacciones violentas o disputas internas por el control del territorio.
Ante este escenario, es fundamental que los operativos no se queden en golpes espectaculares aislados. Se requiere una estrategia de largo aliento que combine inteligencia, justicia, desarrollo social y presencia estatal real.
La seguridad en Oaxaca no puede depender únicamente de la suerte o del arresto ocasional de un jefe intermedio.