Testimonios confirman que el horror ha superado toda frontera moral
México.– Dos videos de extrema violencia han vuelto a encender las alarmas sobre los límites del terror que ejerce el crimen organizado.
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En ellos, se muestra a sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) cometiendo actos atroces: devorando el corazón de un enemigo y obligando a otro a comerse sus propias orejas antes de ser ejecutado.
Aunque el contenido fue rápidamente censurado en múltiples plataformas, las imágenes forman parte de una serie de evidencias y testimonios recogidos por autoridades mexicanas y periodistas de investigación, que apuntan a una práctica que va más allá del asesinato: el canibalismo como rito de iniciación y afirmación de poder entre cárteles.
Testimonios estremecedores: carne humana en tamales y pozole
El caso más reciente ocurrió en Villahermosa, Tabasco, donde fueron detenidos 12 integrantes del CJNG, entre ellos dos menores de edad.
En sus declaraciones, confesaron que tras asesinar y descuartizar a un hombre, fueron obligados a consumir partes de su cuerpo, comenzando por los brazos y extremidades, que almacenaban en un refrigerador.
La Fiscalía General de Tabasco confirmó que los restos encontrados correspondían a una víctima hallada en la ranchería El Cedro, mutilada y sin extremidades. Los jóvenes, de 16 y 17 años, dijeron que la práctica era parte del adoctrinamiento del grupo.
Los Zetas y el origen del horror ritualizado
Estas prácticas no son nuevas. Desde los inicios de Los Zetas, a principios del siglo XXI, comenzaron a circular reportes sobre el uso de la carne humana en rituales de poder.
Uno de sus fundadores, Heriberto Lazcano (“El Lazca”), era señalado por consumir guisos elaborados con restos de sus víctimas.
El periodista J. Jesús Lemus documentó en su libro “Los Malditos” los testimonios de sicarios encarcelados en Puente Grande, quienes relataron cómo, en reuniones del cártel, se servían tamales, tostadas y pozole hechos con partes del cuerpo de enemigos asesinados.
“Usaban nalga y chamorro para los bisteces”, reveló uno de ellos.
En algunos casos, antes de ser ejecutados, las víctimas eran obligadas a bañarse, rasurarse y relajarse con alcohol, para evitar que la carne desarrollara “mal sabor” por el estrés, según los testimonios.
¿Por qué el canibalismo? Más allá del crimen, la deshumanización total
Carlos Rodríguez Ulloa, experto en seguridad, considera que estas prácticas reflejan el grado más extremo de deshumanización que buscan imponer los cárteles. “No se trata solo de matar.
Se trata de transformar la violencia en símbolo, de eliminar la identidad del enemigo al punto de devorarlo”, explica.
Además, señala que el objetivo también es interno: romper toda barrera emocional del reclutado, eliminar su capacidad de compasión y diferenciarlo de cualquier delincuente común.
“El mensaje es claro: aquí no solo matamos, nos alimentamos del miedo que generamos”, afirma.
El riesgo para niños y adolescentes reclutados
La organización Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) expresó su preocupación por los testimonios de menores que aseguran haber sido forzados a participar en estos rituales.
Aunque hasta ahora no habían documentado casos similares, la directora ejecutiva confirmó que ya se trabaja en proteger a jóvenes rescatados del crimen organizado.
¿Dónde denunciar actividades criminales o proteger a menores en riesgo?
- Fiscalía General de la República (FGR): https://www.fgr.org.mx
- Guardia Nacional – Plataforma de denuncias: https://gn.gob.mx/denuncia
- Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA): https://sipinna.gob.mx
Los testimonios y videos que circulan sobre el canibalismo entre cárteles como el CJNG y Los Zetas no son ficción ni exageración.
Representan un grado de horror donde la violencia ya no solo elimina cuerpos, sino que los convierte en instrumentos de poder, control y humillación. Ante esto, el silencio es complicidad. La sociedad y el Estado tienen la obligación de actuar.