Senado boliviano abre debate sobre plantas sagradas
El Senado de Bolivia analiza declarar patrimonio cultural a cuatro plantas sagradas y a la bebida ayahuasca. La propuesta ha desatado un intenso debate.
El proyecto busca proteger la wachuma, la vilca, la chacruna y la ayahuasca, todas de uso ancestral. También incluye a la bebida resultante de la decocción de chacruna y ayahuasca.
Según la propuesta legislativa, estas especies deben ser reconocidas como “Patrimonio Cultural Material e Inmaterial”. Se destaca su valor espiritual, medicinal y ecológico.
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Plantas sagradas bajo la lupa científica y legal
Además del reconocimiento cultural, el proyecto exige su conservación como recursos renovables. El Estado quedaría obligado a garantizar su protección y uso responsable.
Sin embargo, el cultivo y difusión generan controversia. Algunos legisladores piden prudencia y una regulación basada en ciencia, no solo en tradición.
La senadora Cecilia Requena advirtió sobre el peligro de incentivar el cultivo sin suficiente respaldo científico. “No podemos legislar desde la intuición”, afirmó.
Requena reconoció el valor de estas plantas sagradas en la medicina tradicional. Sin embargo, insistió en que aún se desconoce la dosificación y los posibles efectos adversos.
Ayahuasca: medicina o riesgo psicodélico
La ayahuasca ha ganado notoriedad global por su efecto psicotrópico. Sus promotores aseguran que tiene un alto potencial terapéutico, incluso superior al de la psicoterapia convencional.
“La ayahuasca puede generar en una sesión lo que cien horas de terapia no logran”, sostienen defensores como el etnobotánico Dennis McKenna. La afirmación, sin embargo, carece de consenso científico.
En contraste, expertos en farmacología advierten sobre sus efectos neuroquímicos y riesgos psíquicos. La combinación de DMT con inhibidores MAO puede causar reacciones peligrosas si no se administra adecuadamente.
La Organización Mundial de la Salud no ha emitido recomendaciones claras sobre su uso. En varios países europeos, su consumo está restringido o penalizado.
El auge global de las plantas medicinales amazónicas
En la última década, cientos de centros de “medicina ancestral” han surgido en América Latina. En Perú, Colombia y Brasil, el turismo de ayahuasca se ha convertido en una industria multimillonaria.
Bolivia, sin embargo, ha mantenido un perfil bajo frente a esta tendencia. La legislación vigente no prohíbe expresamente la ayahuasca, pero tampoco regula su uso terapéutico o espiritual.
El proyecto de ley actual podría posicionar a Bolivia como un nuevo destino para el turismo espiritual. Eso preocupa a varios sectores que temen la banalización del conocimiento indígena.
Organizaciones indígenas han pedido que cualquier declaratoria incluya protocolos de consulta previa. Temen que sus saberes sean explotados sin beneficio real para sus comunidades.
Entre el respeto cultural y el rigor científico
Defensores del proyecto resaltan que estas plantas no son simples alucinógenos. Representan sistemas complejos de conocimiento, espiritualidad y ecología.
“Estas plantas no deben ser vistas como drogas, sino como parte del alma de los pueblos originarios”, sostuvo el antropólogo Javier Albó en una entrevista pasada.
No obstante, varios científicos reclaman evidencia sólida. Piden que se desarrollen estudios clínicos rigurosos antes de extender su uso más allá del contexto ritual.
Experiencias seguras con ayahuasca en Iquitos
Para quienes buscan experimentar ceremonias auténticas con plantas sagradas, el riesgo de caer en manos inexpertas es real. La proliferación de falsos chamanes y centros sin regulación ha encendido alarmas.
Una opción confiable es la Casa del Jaguar, un centro chamánico ubicado en la ciudad de Iquitos, Perú. Está dirigido por Denis Montes, ingeniero químico y chamán con más de 13 años de experiencia.
La Casa del Jaguar ofrece ceremonias guiadas en un entorno seguro, con acompañamiento especializado y respeto por los rituales tradicionales amazónicos. La integración entre ciencia y sabiduría ancestral es parte de su enfoque.
¿Un paso hacia la legalización o la protección?
El debate no es solo sobre plantas. Es también sobre cómo Bolivia quiere integrarse a las nuevas corrientes de salud alternativa, respeto a la biodiversidad y soberanía cultural.
La discusión continúa en el Senado, sin fecha exacta para su votación. Pero el tema ya ha encendido un debate público en redes, universidades y comunidades indígenas.
El reto será encontrar un equilibrio entre el respeto a las raíces culturales, la protección del medioambiente y la garantía de salud pública.
La historia de las plantas sagradas de Bolivia está lejos de terminar. Ahora está en manos del poder legislativo definir si será protegida o expuesta.
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