Barberías bajo fuego: nuevos escenarios de ajuste de cuentas criminales – VIDEO

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Lo que antes eran templos de la confianza masculina, espacios de relajación y cuidado personal, hoy se están convirtiendo en escenarios de muerte.


Las barberías, lugares que simbolizaban comunidad, ahora figuran como el nuevo frente de guerra urbana, donde las bandas criminales cobran venganza a sangre fría.

El más reciente y estremecedor caso ocurrió esta semana: un video que circula en redes sociales muestra cómo un hombre fue asesinado a plena luz del día mientras se cortaba el cabello.

El sicario entró armado, disparó sin mediar palabra y huyó con la misma calma con la que entró, sin importarle que en la sala también se encontraba una menor de edad, testigo inocente de la brutal ejecución.

No es un hecho aislado. Según datos del Observatorio de Criminalidad del Ministerio del Interior, en el último año se han registrado al menos 27 homicidios en peluquerías y barberías en las principales ciudades del país, la mayoría vinculados a ajustes de cuentas entre bandas rivales.

Lo más alarmante es que estas muertes ocurren en presencia de otros clientes, trabajadores e incluso niños.

¿Por qué las barberías? La rutina predecible de las víctimas, la cercanía física, la confianza que inspira el lugar y el encierro que impide una rápida huida, hacen de estos establecimientos un blanco fácil para quienes buscan matar sin ruido… o con todo el ruido posible.

Detrás de cada ataque hay una comunidad traumatizada, un negocio quebrado y una familia destrozada. Los barberos, muchos de ellos jóvenes emprendedores, trabajan ahora con miedo.

Los clientes, antes fieles, comienzan a ausentarse. El tejido social se resquebraja frente a la impunidad.

Es hora de actuar

Las autoridades deben reforzar la presencia policial en zonas vulnerables, establecer protocolos de emergencia para locales comerciales y proteger a los trabajadores de este oficio.

Las asociaciones de barberos, por su parte, deben unirse y exigir garantías para seguir ofreciendo un servicio digno sin convertirse en carne de cañón.

Quienes tengan información sobre algún caso o sospecha pueden hacer una denuncia anónima a través de la línea 1818 del Ministerio del Interior, o acercarse a la comisaría más cercana.

Para conocer más estadísticas y reportes, visita también el portal del INEI – Seguridad Ciudadana.

Mientras tanto, el miedo se sienta en la silla del barbero, más presente que nunca. Porque en este país, hasta cortarse el pelo se ha vuelto un riesgo de muerte.

¿Hasta cuándo?