El renovado Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, inaugurado recientemente como emblema del avance en el transporte aéreo del Perú, sigue acumulando fallas que afectan directamente a los pasajeros. Lejos de consolidarse como una solución a los problemas históricos de conectividad aérea, el nuevo terminal ha puesto en evidencia serias deficiencias logísticas, operativas y estructurales que empañan su lanzamiento.
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Pasajeros varados por falta de buses
La noche del miércoles 4 de junio, decenas de pasajeros permanecieron atrapados por horas dentro de los aviones por una razón inusual: no había suficientes buses para trasladarlos desde las aeronaves hasta la terminal. La denuncia fue realizada por la Defensoría del Pueblo, que advirtió en redes sociales sobre la “gran cantidad de pasajeros en el nuevo aeropuerto Jorge Chávez que no pueden bajar de sus aviones por falta de buses”.
Uno de los casos más graves fue el vuelo LA 2242 procedente de Iquitos, cuyos ocupantes quedaron encerrados sin solución inmediata. Otro vuelo, proveniente de Cusco, aterrizó a las 22:00 y recién desembarcó a la 01:00 del día siguiente, generando protestas de los afectados, quienes describieron el episodio como “una muestra de improvisación total”.
Filtraciones y oficinas inundadas
A estos inconvenientes se suman problemas estructurales que generan alarma pública. El lunes 3 de junio, una fuerte filtración de agua inundó las oficinas de Copa Airlines, mojando equipos electrónicos, documentos y mobiliario. “No es una gotera, es una ducha”, denunció el periodista Paolo Benza, quien difundió un video del incidente.
Este hecho se produjo apenas dos días después de otro similar en las oficinas de Star Perú, atribuida a una falla en el sistema de aire acondicionado. En ambos casos, el agua dañó equipos críticos y reveló la falta de protocolos de respuesta ante emergencias internas, así como fallas de construcción que comprometen la seguridad del personal y de las aerolíneas.
Autoridades minimizan el problema, usuarios estallan en críticas
Pese a la acumulación de fallas, el ministro de Transportes y Comunicaciones, César Sandoval Pozo, declaró que el nuevo Jorge Chávez “está en muy buenas condiciones” y que “los vuelos están normales”. Subrayó que desde la apertura se han realizado más de 1,500 vuelos exitosos, restando importancia a las cancelaciones, demoras y fallas operativas.
Sin embargo, el relato oficial contrasta con la experiencia de miles de usuarios, quienes en redes sociales tildan al nuevo Jorge Chávez de “aeropuerto chicha” y acusan falta de pruebas previas antes de la inauguración, improvisación y mal diseño en infraestructura crítica.
Indecopi y los fallos acumulados
El Indecopi ya había advertido cuatro fallas graves tras una fiscalización previa:
- Falta de protocolo adecuado para abastecimiento de combustible.
- Cambios de puertas de embarque sin aviso claro.
- Problemas en las fajas de equipaje, tanto en vuelos nacionales como internacionales.
- Aglomeraciones en los controles de seguridad, que representan riesgo ante emergencias.
Estos problemas persisten y se suman a nuevas denuncias ciudadanas sobre el alto costo del estacionamiento (hasta S/ 33.60 por cuatro horas) y los precios excesivos de taxis autorizados, que triplican los valores habituales.
Con todos estos elementos, el panorama del nuevo Aeropuerto Jorge Chávez está lejos de ser el de un proyecto funcional y eficiente. Mientras las autoridades insisten en su viabilidad, los usuarios enfrentan largas esperas, fallas estructurales y servicios costosos, en una infraestructura que debía estar al servicio del ciudadano y del turismo.
(Con información de Infobae)