Buenos Aires, Argentina – En el marco del XXI Simposio Científico de Fundación Huésped, Adam Castillejo, conocido inicialmente como “el paciente de Londres”, compartió su extraordinaria historia como la segunda persona en el mundo curada del VIH y cómo hoy se ha convertido en un embajador de esperanza para la comunidad científica y las personas que viven con el virus.
Mira: Fallece el Papa Francisco: El mundo despide al líder espiritual que revolucionó la Iglesia
De una sentencia de muerte a la cura: Un camino de lucha
Castillejo recibió su diagnóstico de VIH en 2003 en Londres, en una época donde el acceso a tratamiento era limitado. “Fue una experiencia dura, llena de estigma. Con el cáncer recibí amor; con el VIH, odio”, recordó. En 2015, enfrentó otra batalla: un linfoma de Hodgkin que le dio solo seis meses de vida.
Fue entonces cuando un trasplante de médula ósea no solo lo salvó del cáncer, sino que, inesperadamente, lo curó del VIH. El donante tenía una mutación genética (CCR5 Delta 32) que bloquea la entrada del virus a las células. “Me dijeron que no solo tratarían mi cáncer, sino que intentarían curar el VIH. Sentí que gané la lotería”, relató.
“El estigma no desaparece, evoluciona”
Aunque hoy está libre del virus, Castillejo enfatiza que el estigma persiste. “La gente me mira diferente ahora que estoy curado, pero yo sigo siendo Adam. El VIH ya no me define, pero el prejuicio solo cambia de forma”, afirmó.
En 2020, decidió revelar su identidad para convertirse en vocero de la lucha contra el VIH. “No podía quedarme en el anonimato cuando 40 millones de personas han muerto por causas relacionadas”, explicó.
¿Cura para todos? Un mensaje de realismo y esperanza
Castillejo aclaró que su caso no es una solución masiva: los siete pacientes curados hasta ahora (incluyendo al fallecido Timothy Brown, “el paciente de Berlín”) recibieron trasplantes por cáncer, no por VIH. “No es un tratamiento viable para todos, pero es una puerta para futuras investigaciones”, señaló.
El Dr. Pedro Cahn, presente en el simposio, explicó la diferencia clave:
- Cura erradicativa (como la de Castillejo): Elimina todo rastro del virus.
- Cura funcional: El virus permanece “dormido” sin necesidad de medicación.
Hoy, estrategias como “block and lock” (bloquear el virus en células) o “shock and kill” (activar y eliminar reservorios) están en estudio, acercando la ciencia a una cura accesible.
Un llamado a la empatía médica
Castillejo reveló que su primer equipo médico le negó el trasplante por ser VIH+. “Entendí que decidieron mi muerte por un virus. Por eso pido a los médicos que recuerden: frente a ustedes hay un ser humano que ya carga con el estigma social”, exhortó.
Legado: De paciente a embajador
Hoy, Castillejo trabaja en el Consorcio Latinoamericano de Cura, promoviendo investigación y visibilidad para la comunidad hispana. “Mi historia es esperanza, pero también una llamada a seguir luchando contra la discriminación”, concluyó.